jueves, 27 de mayo de 2010

Lover mine (Capítulo XV)

Capítulo 15

Xhex estaba sentada en el brazo del sillón ubicado cerca la ventana cuando escucho un ruido que provenía del piso superior. El sonido amortiguado bump-bump fue lo suficientemente alto como para oírlo sin que se disparara el instinto agudo de su percepción mental, se concentró para intensificar su psiquis.
Miró hacia el techo. . . .

En la planta baja, el sistema de seguridad se apagó y su audiencia de precisión recogió el bip-bip-bip-bip, de que había sido desactivado. Luego oyó los pasos del Lesser que llevaba la comida.
Algo estaba roto. Algo. . . Simplemente no era normal.
Sentada en la silla, se puso tensa desde el cuello hasta los pies y expulsó sondeos mentales. A pesar de que no podía enviar señales symphath, su capacidad de detectar las redes emocionales fueron dificultosas, pero viables. . .Entonces detectó la presencia de alguien mas en el perímetro de la casa. Y no era un Lesser.
Eran varias presencias. Dos en la retaguardia. Tres al frente. Y las emociones de los individuos que habían rodeado la casa eran exactamente iguales que las de los soldados: calma mortal, completamente enfocados.
Pero ellos no eran lessers.
Xhex saltó sobre sus pies.
Jesús. . . Cristo!! Ellos habían dado con ella. ¡Joder! Los Hermanos la habían encontraron.
Y el rescate fue ejecutado con perfecta sincronización. Un grito de sorpresa se escuchó en la planta baja, una maraña de cuerpos en movimiento, y luego se levantó alrededor un golpeteo de botas, como un combate cuerpo a cuerpo y el ruido de más refuerzos rugiendo desde otra dirección.

A pesar de que nadie más que Lash podía oírla, se puso a gritar tan fuerte como pudo con la esperanza de que por una vez, pudieran ir más allá de los muros invisibles de su jaula.
John Matthew no podía creer que el lesser no los hubiera descubierto. A menos que el hijo de puta los pusiera en peligro de alguna otra manera, esto suponía el hecho de que había más vampiros en ese lugar. Pero oh, no – El lesser simplemente se mete a su guarida, al tiempo que dejaba abierta la maldita puerta.
La primera orden era controlar la invasión, y tan pronto como Jhon estuvo sobre umbral de la casa, sometió al hijo de puta contorsionando sus brazos tras la espalda, forzando al bastardo a caer boca abajo sobre la baldosa, y se sentó de culo como un piano de cola.
Mientras tanto, Rhage caminó imperceptiblemente por la estancia al igual que V, los muchachos se deslizaron ágilmente de la cocina al comedor.
El primer nivel de la casa fue registrado rápidamente, Jhon sintió un cosquilleo recorriéndole la espalda. . . como si un cuchillo afilado trazara su columna vertebral. Estudió su alrededor, no pudo desentrañar el origen de la sensación, por lo que puso a trabajar su instinto.

"Sótano", Rhage silbó.
Vishous encabezó la comitiva con el hermano.
Con sus muchachos a la izquierda para proteger su espalda, Jhon fue capaz de centrar su atención en el lesser que tenía sometido. Joder, estaba muy tranquilo, demasiado quieto. Únicamente se escuchaba su respiración. Tal vez cuando lo empujo al suelo se había golpeado con algo? ¿Estaba groggy? Por lo general, ellos eran duros para defenderse.
Busco algún índice de sangrado u otra lesión, John giro la cabeza del lesser, sin darle oportunidad de liberarse. Agarrando al cabrón del pelo, y encontró algo … Pero seguro como la mierda que no fue causado por su agarre. Sobre el lado izquierdo del asesino, había dos heridas punzantes y una magulladura redonda causada por succión.
Qhuinn se acercó y se arrodilló. "¿Quién ha estado trabajando" tu cuello, amigo? "
El lesser no contesto. Raghe y V, se desmaterializaron del sótano y se dirigieron al segundo piso. Los hermanos se movieron sigilosamente por toda la casa, Quinn cogió agresivamente por la mandíbula al lesser. “Buscamos a una hembra. Puedes hacer que las cosas sean mas fáciles para ti si nos dices donde se encuentra”.
El lesser fruncio el ceño y movió los ojos hacia arriba.
Eso fue todo lo que John necesito.
Salto adelante, Agarrando la mano de Blay y tirando de él hasta que estuvo sobre el lesser. En cuanto fue sometido por Blay, John corrió a través del comedor y el vestíbulo. La escalera era amplia y alfombrada, lo que significaba que había una excelente tracción para subir de tres en tres. Cuanto más alto subía, más gritaban sus instintos.
Xhex estaba en la casa.
Cuando llegó a la cima, Rhage y V aparecieron frente a él, bloqueando su camino.- ”La casa está vacía "
John interrumpió a Rhage. Ella está aquí. Ella está aquí en alguna parte. Yo lo sé.
Rhage lo cogió del brazo. "Vamos a bajar y hacer preguntas al lesser. Conseguiremos más de esa manera".
¡No! Ella está aquí!
Vishous repasó con su ojo profundo a John, su mirada de diamante se hizo intensa y adquirió un brillo poderoso. Escúchame, hijo. ¿Quieres bajar la escalera?"
John entrecerró los ojos. Ellos sólo querían que se quedara en la planta baja. No lo querían ahí. ¿Qué encontraste?. Ninguno respondió. ¿Qué encontraste?

John traspasó su barricada, oyó la maldición Rhage, al mismo instante que V saltó frente a una puerta. “Escúchame, hijo. Tienes que volver abajo”.
La voz de Hollywood era hueca. "Nah, V, deja que vaya. Simplemente déjalo... De cualquier forma, ya odia a Lash lo suficiente para toda una vida."
La mirada de V centelleó como si fuera a discutir, pero luego retiró la mano del pomo de la puerta y se hizo a un lado lanzando una maldición.

Con la parte posterior de su cuello tan apretado como un puño, Jhon irrumpió por la puerta de un embiste, patinó hasta detenerse. Esa habitación era un umbral tangible de tristeza, era como si su cuerpo colisionara con una pared fría de desolación, y sólo a fuerza de voluntad, obligándose así mismo siguió invadiendo ese espacio.
Ella fue recluída aquí.
Xhex fue mantenida aquí. . . y herida aquí.
Con los labios entreabiertos y respirando en un jadeo, sus ojos remontaron en las marcas de los rasguños sobre las paredes. Había legiones de ellos, junto con manchas de color negro. . . y sangre seca. De un rojo profundo.
Jhon se acercó y recorrió con sus manos una ranura tan profunda, que rasgo el papel tapiz y surco el yeso.
A su paso por la habitación, sus inhalaciones se agudizaron y sus exhalaciones se hicieron mas cortas. La cama era un caos absoluto, las almohadas dispersas en el suelo, el edredón una maraña. . . .
Había sangre por todos lados.


Extendiendo la mano, cogió una de las almohadas y la sostuvo con cuidado. La llevo hasta su nariz y aspiró el aroma intensamente ... Atrapó una fragancia más fuerte a la que evocaba cada noche: La esencia de Xhex.
Sus rodillas se debilitaron y se desplomó como una piedra en aguas tranquilas, cayendo a un lado del colchón. Enterró su cara en la suavidad, la atrajo hacia él, su fragancia era persistente como un recuerdo, a la vez tangible y al mismo tiempo evasiva.
Ella había estado aquí. Recientemente.
Echó un vistazo a las sabanas sangrientas. Las paredes sangrientas.
Había llegado demasiado tarde.
En el rostro de Jhon creció la humedad y sintió que una gota escurría por su mentón, pero le importó una mierda. Fue consumido por el pensamiento de que había estado tan cerca de haberla salvado. . . pero no lo suficiente. Un sollozo quebró su garganta.
Estaba claro para todos, que la voluntad de Xhex no es, ni seria propensa a quebrarse. Sospechaban que este hecho era el resultado de su lado symphath, una especie de condición congénita que la fortalecía sobre cosas que la mayor parte de las hembras no podían sobrellevaban.
Sin embargo, estábamos equivocados.
La presencia impalpable de Xhex se acercó al lado de Jhon Matthew, y fue testigo de cómo su enorme cuerpo cayo vencido sobre la cama, su corazón latía destrozado como un reflejo del suyo.

Eran nada más que fragmentos.

Estaba total y completamente devastada igual que él, cuando acunó esa almohada como si fuera un recién nacido, en ese momento de su desesperación, ella habría hecho cualquier cosa para aliviar su dolor: A pesar de que ella no tenía idea del por qué de su sentimiento, las razones no eran importantes.
Su sufrimiento era primordial.
Débilmente se arrodillo a su lado, sus ojos enviaron al corazón de su cerebro esa trágica imagen.
Parecian haber pasado siglos desde la ultima vez que lo vio, y Dios!!, el seguia siendo tan hermoso, incluso mas de lo que recordaba en sus momentos tranquilos, con su fuerte perfil y sus extraordinarios ojos azules, su rostro era el de un guerrero y poseía un poderoso cuerpo que le hacia juego, la amplitud de sus hombros equivalían a tres de los suyos. Toda su ropa era de cuero a excepción de la camiseta debajo de la chaqueta y su corte al cero, como si hubiera valido una mierda y se lo hubiera afeitado con una navaja.
Llevaba en el frente de su chaqueta y en su camisa sangre de lesser. Había salido de caza esa noche, tal vez ese era el motivo por el que la había encontrado.
Bien, casi encontrado.
"¿John?" una voz masculina lo llamo suavemente.


Ella miró hacia la puerta, incluso si él no lo hizo. Qhuinn estaba de pie con los Hermanos y Rhage Vishous se acababa de unir a ellos.
De un modo ausente, observó la conmoción plasmada en la cara de los Hermanos y supo que ellos no habían supuesto antes que existiera una relación serie entre ella y John. Sin embargo, lo sabían ahora. De modo alto y claro.

Cuando Qhuinn entró y se acercó a la cama, su tono seguía siendo suave. "John ,llevamos aquí media hora. Si vamos a interrogar al lesser que tenemos allá abajo, tenemos que moverlo de una maldita vez. No queremos hacerlo aquí y sé que deseas estar a cargo de las cosas. "
¡Oh, Dios. . . no. . .
"Llévame contigo", le susurró Xhex desesperadamente. "Por favor... No me dejes aquí".

De repente, Johnla miró, como si escuchara su súplica.

Sólo que no lo hacía, sólo estaba mirando a su amigo a través de ella.
Cuando él asintió, Xhex memorizó su rostro, sabiendo que era la última vez que lo vería.
Cuando Lash se enterara de la intrusión, probablemente la mataría en ese momento o bien, la trasladaría a otro lugar, y había muchas probabilidades de que no sobreviviera el tiempo suficiente para que la encontraran de nuevo.

Levantó su mano, a pesar de que no serviría de nada, la apoyó en la mejilla de Jhon y movió suavemente el pulgar adelante y atrás para borrar las huellas de sus lágrimas. Se imaginó que casi podía sentir el calor de su piel y la humedad de sus mejillas.
Habría dado cualquier cosa por ser capaz de tenerlo en sus brazos y abrazarlo fuerte. Mas todavía, marcharse con él.

"John..." egruñó. "Oh, Dios... ¿Por qué te haces esto?.

Frunció el ceño, pero sin duda fue debido a algo Qhuinn estaba diciendo. Salvo que en ese momento la mano de Joh fue a posarse al mismo lugar donde ella lo tocaba.
Fue sólo para secar sus lágrimas pero cuando se levantó, tomó la almohada con el, y dio un paso directamente hacia ella.
Xhex observó cómo se retiraba, la sangre atronaba en sus oídos.
Esto era de algún modo un eco del proceso de muerte, pensó. Poco a poco, pulgada por pulgada, lo que la ataba a la vida se marchaba. Con cada paso que daba John hacia aquella puerta, su aliento se evaporaba en sus pulmones.
Su corazón se detenía.
Su piel se enfriaba.
Su oportunidad de rescate se alejaba. Su oportunidad. . .

Justo en aquel momento supo el motivo por el que había luchado por sobrevivir todo ese tiempo y, por una vez, no sintió la necesidad de ocultar sus emociones. No era necesario. Aunque él estuviera con ella, ella estaba totalmente sola y tan lejana de él, Sin embargo, la certeza de saber que pronto moriría clarificó sus posibilidades.
.
"John", dijo suavemente.
Él se detuvo y volvió su mirada hacia la cama.
"Te amo".

Su hermoso rostro estaba oprimido en el dolor y se frotaba el centro de su pecho, como si alguien tuviera un puño constriñendo su corazón.

Y luego se alejó.
El cuerpo de Xhex anheló el poder de su mente. Con un salto frenético, corrió hacia la puerta abierta, con los brazos extendidos ampliamente.

Cuando golpeó los confines de su prisión, oyó un ruido fuerte, como una sirena. . . o el agudo silbido de los fuegos artificiales después de haber sido encendidos . . . o tal vez fue la alarma del sistema de seguridad.

La realidad es que no era ninguno de ellos.

Ella estaba gritando con toda la fuerza de sus pulmones.

Lover Mine (Capítulo XIV)

Capítulo 14

Como si fuese un plato sucio de comida, Lash empujó al Sr. D, después de haberse alimentado de él. Satisfecho sobre el lavabo, se deleitó con el hecho de que su hambre había sido saciada y cómo la fuerza de su cuerpo era más potente. Pero como siempre pasaba cuando se alimentaba, en ese momento sólo quería follar.

Desde que poseía a Xhex, ocasionalmente había estado tomando de su vena, no era como si le satisficiera el hambre, pero rotundamente le divertía.
¿Acaso dejaría de alimentarse de. . . lessers?
Nah, las cosas ya no funcionan de esa manera. No existe ningún otro camino de mierda, tenia que seguir echando mano de las gargantas de esos tíos regularmente.
Levantó el brazo para comprobar la hora. Diez con diez. Y aun parecía un jodido vagabundo. Y apestaba como uno.

"Ponte decente" dijo al Sr. D. "Hay una mierda de la que te vas hacer cargo."
Una vez que empezó a dar órdenes, no dejo de escupir información hasta el final.
"¿Lo has entendido?" dijo.

-Sí, señor. " El tejano miró a su alrededor el cuarto de baño como si estuviera buscando una toalla.
"En la planta baja” grito Lash. "En la cocina. También me consigues una muda de ropa y la traes aquí. Ah, y mientras estás en esta casa, vas a tener que dejar comida en el dormitorio."
Sr. D se limitó a asentir y salió, caminando sobre las piernas flojas.
"¿Recibió el nuevo recluta un teléfono celular? ID?” Le dijo antes de que saliera.
"Le mande un mensaje con el dato. Debe estar en su buzón."

¡¡Joder!! Realmente había estado excelente.
Lash se apoyó en la ducha y manipulo las perillas en la pared de azulejos, no se habría sorprendido si no hubiera salido nada, o si sólo hubiera caído un chorro de agua fangosa. Sin embargo estaba de suerte. Una lluvia fresca y cristalina cayó sobre su cabeza, rápidamente se desnudó.

Le sentaba bien lavarse, algo así como si estuviera restaurando su cuerpo.
Cuando salió, utilizó la misma camisa para secarse y luego fue a acostarse a su dormitorio, cerró los ojos y puso la mano sobre su estómago en el lugar donde estaban las llagas. ¿Qué era esa reserva?. No era como si las necesitara ocultar de algo.

Los sonidos en la planta baja parecían indicar que las cosas estaban progresando, se sintió aliviado. . . y a la vez sorprendido. Los ruidos no eran de dolor y lo pusieron mas alerta cuando se dirigían a territorio porno, los gemidos y lamentos ahora se elevaban como si fueran la cumbre de un orgasmo.
Recordó al chico diciéndole ¿Eres gay?.
Tal vez había tenido la esperanza de que la cosa hubiera sido más amable.
Lo que sea. Lash no quiso formar parte de ello, de todo lo que giraba alrededor de su padre, así que con un poco de suerte el nuevo recluta estaría habilitado en un momento.
Lash cerró los ojos y trató de cerrar la mente. Los planes para la Sociedad, los pensamientos de Xhex, su frustración por lo general en la alimentación. . . Sus ondas cerebrales se fundieron en un torbellino, pero su cuerpo estaba demasiado cansado como para mantener la conciencia.
¿Qué era lo menos malo?
Se sumergió en la visión de su sueño. Agudo y claro, la imagen lo absorbió, no él a su espejismo, llego apoderándose de su mente y empujando fuera del camino todas sus preocupaciones.
Se vio caminando por el terreno de la finca en que había crecido, atravesando el césped hacia la casa grande. Dentro, las luces brillaban y la gente se movía alrededor. . . exactamente como lo había hecho la noche en que entró para asesinar a los vampiros que lo adoptaron. Sin embargo esos no eran los perfiles de personas conocidas. Eran extraños. Gente humana que había comprado la mansión.
A la derecha estaba la cama de hiedra donde había enterrado a sus padres.
Se vio de pie sobre el lugar donde se había cavado el hoyo y arrojó los cadáveres. Todavía era un poco desigual, aunque algún jardinero ya había cultivado y había crecido hiedra nueva.
De rodillas, se inclinó hacia delante. . . sólo para ver que su brazo no era el suyo.
Su extremidad era como la de su verdadero padre: una sombra negra, brillante.
Por alguna razón, la revelación lo lleno de pánico y trató de despertarse. Golpeo su cuerpo inmóvil.
Pero se había hundido demasiado profundamente como para librarse de la atracción.



La Galería de arte de Ricardo Benloise, ubicada en el centro, más cerca del complejo del Hospital San Francisco. Era un edificio elegante, de seis pisos, entre sus atributos se destaco como “rascacielos” en la década de 1920. Gracias a una cirugía estética que le dejó con un exterior de acero cepillado y las ventanas del tamaño de las puertas de un granero.
Más bien era como una actriz novata sentada al lado de un manojo de viudas.
Cuando Jhon y los chicos aparecieron en la acera frente a la fachada, el lugar estaba vibrando. A través de los enormes paneles de vidrio, él observo a hombres y mujeres vestidos de negro, alrededor de las copas de champán e inspeccionando el arte sobre las paredes. Qué, al menos desde el exterior, la pintura parecía ser la creación infantil de unos deditos de cinco años, fusionado con el trabajo de un sádico con un fetiche de uñas afiladas.

Jhon no estaba impresionado con la moda fatua del arte vanguardista. Y como siempre, no tenía ni la maldita idea de por qué siempre tenía un dictamen acerca del arte. ¿Qué mierda daba por ello?

Trez les había pedido dirigirse a la parte posterior del edificio, así que él y sus muchachos caminaron por la manzana, para cortar por el callejón que corría detrás de la galería. Considerando que la fachada del lugar era atractiva y acogedora, el trasero del inmueble era ciertamente todo lo contrario. Sin ventanas. Todo pintado de negro mate. Dos puertas de descarga y una plataforma que estaba taponada y más cerrada que un cinturón de castidad.

Basado en la información del Intel de Trez, las entradas y salidas del edificio no estaban allí únicamente por la pobre excusa de salir a mear “arte” de esos bastardos presumidos. Que claramente eso no era lo que se vigilaba desde las cámaras de seguridad montadas en la salida posterior.

Por suerte, había un montón de sombras paraocultarse, y en vez de caminar ante todas aquellas cámaras, se desmaterializaron en una pila de paneles de madera de un rincón oscuro.
La ciudad aun estaba llena de vida, los bocinazos de los coches y las sirenas distantes de la policía se cortaban con los gemidos de los autobuses, acompañando el aire fresco, con una sinfonía urbana.
En el otro extremo del callejón, un coche giró con las luces apagadas hacia la galería.
"Justo a tiempo", susurró Qhuinn. "Es el Lexus".
John respiró hondo y rezó por un “relax” antes de que perdiera su siempre-adorado juicio.
El sedán rodó hasta detenerse en paralelo al muelle de carga y abrió la puerta. A medida que la luz interior se encendió…Apareció el joven lesser del parque, el que llevaba el olor a Old Spice, no había nadie mas con él. No estaba Lash.
El primer impulso de John fue a saltar sobre el asesino. . . pero de acuerdo a Trez, se suponía que Lash asistiría a la reunión. Si obstruían los planes preestablecidos de los tipos, existía la posibilidad de que le dieran a Lash el chivatazo.
Y teniendo en cuenta su bolsa de trucos, la sorpresa era la mejor oportunidad.
Por un momento, Jhon se preguntó si debería mandar un mensaje a los hermanos. Hacerles saber. Conseguir algún refuerzo serio . . . En el instante en que se le ocurrió envió un mensaje con un gruñido.
¿Qué fue exactamente lo que le había llevado a sacar el teléfono de su bolsillo? Cuando el lesser entro al edificio, el texto dirigido a Rhage estaba llegando, breve y objetivo: 189 San Francisco. Lash en camino. 3 de nosotros en el callejón trasero.
Cuando puso el teléfono en el bolsillo, podía sentir Blay y Qhuinn espiando por encima de su hombro. Uno de ellos le dio una palmada de aprobación.

La cosa era, Qhuinn tenía razón. Si el propósito era tan real como para descolgar a Lash, había mejores posibilidades de ponerle la mano encima al bastardo si conseguía ayuda. Y tenían que ser inteligentes, porque claramente él no iba hacer tan estúpido como para exponerse.
Un momento después, Rhage se materializó en la cabeza del callejón con Vishous y atravesaron el lugar de una zancada. Hollywood envasaba la única arma que podría ir cara a cara con el hijo de puta de Lash: Ese dragón iba a cualquier lugar que lo hiciera.
Los dos se plantaron a la derecha de Jhon y antes de que cualquiera cosa, comenzó a señalar.
Tengo que ser yo el que mate a Lash. ¿Entendido? Tengo que ser yo.
Vishous asintió de inmediato y le dijo con signos: “Conozco tu historia con ese pedazo de mierda. Pero si las cosas no salen como esperabas con el hijo de puta, vas a guardarte el orgullo, porque vamos a intervenir. ¿Está claro?”.
John suspiró. “Voy a hacerlo así que no tienen que preocuparse por eso”.
Muy bien.
Todos ellos se congelaron cuando el lesser que había conducido el Lexus volvió a salir, se puso al volante. . . y se fue como si la reunión hubiera sido cancelada.
"A la azotea", dijo Rhage, desapareciendo.

Con una maldición interior, John capto la señal y adquirió forma en la parte superior de Benloise, mirando por encima del borde y observó al sedán que hizo una parada en la calle San Francisco. Afortunadamente, el lesser era un Ley-Goloso y marcó su señal direccional hacia la izquierda, así que John dispersó sus moléculas y se unieron a dos edificios mas abajo. Mientras el coche avanzaba, él volvió a hacerlo una y otra vez hasta que el lesser tomó a la derecha en la sección más antigua de Caldwell.

Las azoteas donde aparcar terminaron, lo único que tenían para aterrizar era sobre un montón de marquesinas picudas de mierda estilo victoriano.
Lo bueno es que las suelas de sus shitkickers tenían una buena sujeción de goma que no resbalaba.
Haciendo de gárgola, John se posó en torrecillas, buhardillas de tejado y alféizares, desde el aire detrás que su presa . . . hasta que el Lexus se deslizó en un callejón y paso detrás de una hilera de piedras rojizas.
John conocía el barrio sólo de nombre (Cuando visito el sótano de Xhex, que estaba cerca). Pero no, este no era territorio normal de la Sociedad Lesser. Por lo general, sus nidos estaban en un código postal de bajo perfil.

Así que sólo había una explicación. Aquí era donde vivía Lash.

Un tipo como él, que había vivido entre el blinblineo, y toda esa mierda de buena ropa, necesitaría un trasplante de personalidad para ser capaz de conformarse con algo menos que inmuebles bien ubicados. Era con lo que había crecido a su alrededor, e indudablemente él viviría como se debe.
El corazón de John empezó a latir fuerte y rápido.
El Lexus se detuvo delante de un garaje, y cuando la puerta subió, entró. Un momento después, el lesser comenzó a caminar por el césped de la parte posterior de una casa con piedras rojizas, de aspecto agradable.
Rhage apareció justo al lado de Jhon, haciendo signos, “Vas a entrar por la parte trasera conmigo. Vishous y los chicos van a desmaterializar a través de la puerta principal. V ya está en el porche y dice que no hay acero”.
Cuando Jhon asintió con la cabeza, los dos se dirigieron debajo de una terraza de pizarra, tal como lo hizo el lesser que en ese momento abrió la puerta dejando ver lo que parecía una cocina gourmet. Esperaron un momento, congelado en el tiempo y el espacio, aguardando a que apagara el sistema de seguridad.
El hecho de que la alarma debíera ser desactivada no significa necesariamente que Lash no estuviera dentro. Los lessers requieran tiempo de reposo cuando recargaban sus energías de forma regular y sólo un imbécil se quedaría sin resguardo.
John sólo quería creer que la casa que estaba buscando era esa.

Lover mine (Capítulo XIII)

Capítulo 13
Mientras el sonido de la bota del asesino contra la lata de gas se desvanecía, Qhuinn se agachó y se sentó en las piernas del hijo de puta. El bastardo podría haberle dado una patada, pero no iba a obtener una segunda.
Fuera, los policías humanos se juntaban alrededor del cobertizo.
“Está cerrado,” dijo uno de ellos mientras la cadena tintineaba.
“Hay casquillos de bala por aquí.”
“Espera, hay algo dentro… phew, hombre, qué peste.”
“Lo que sea, lleva muerto varias semanas. Ese olor – preferiría la cacerola de atún de mi suegra antes que eso.”
Hubo un murmullo de acuerdo.
En la oscuridad, John y Qhuinn cerraron los ojos y esperaron. La única solución si la puerta se abría de golpe era desmaterializarse y dejar al lesser atrás; no había manera de mover el peso del asesino a través del delgado aire. Pero ninguno de estos oficiales de policía podía tener la llave – así que su única opción era disparar adentro.
Si las posibilidades eran buenas, un rápido asalto solo para entrar al cobertizo no valía la pena.
“Sólo un tirador, de acuerdo con la llamada del novecientos once. Y no puede estar ahí.”
Hubo una tos y una maldición. “Si lo está, se le debe estar cayendo la nariz de la peste”.
“Llama al jardinero,” dijo una voz profunda. “Alguien debe sacar a ese animal muerto de aquí. Mientras tanto, vayamos hacia el vecindario.”
Hubo un parloteo y pasos. Un poco después uno de los coches se fue.
“Deshagámonos de él,” susurro Qhuinn sobre el hombro de John. “Toma ese cuchillo, hazlo y vámonos de una jodida vez de aquí.”
John sacudió la cabeza. No había manera de que perdiera su premio.
“John, no nos iremos con él. Mátalo para que podamos desaparecer.”
Incluso aunque Qhuinn no podía ver sus labios, John gesticuló, Jodete. Es mío.
No iba a permitir que se le escapara aquella importante fuente de información. Si cualquier cosa ocurría, podían tratar mental o físicamente con la policía humana si les necesitaban.
Hubo el suave sonido de un cuchillo siendo desenfundado. “Lo siento, John, es suficiente.”•
¡No! John gritó sobre su hombro silenciosamente.
La mano de Qhuinn se cerró en el cuello de la chaqueta de John y lo atrajo hacia él, había dos posibilidades, o soltar el cuello del asesino o arrancarle la maldita cabeza al cabrón de su columna. Y ya que un lesser incapacitado no hablaba, John soltó su agarre – y se detuvo plantando su mano en le cemento frío.
De ninguna jodida manera iba a dejar que su amigo los engañara en esto.
Mientras se lanzaba hacia el macho, con toda la furia del infierno. Él y Qhuinn pelearon por el control de la daga, golpeando más que una lata de gasolina, gritando y el asesino se apresuró a salir aprovechando la confusión–
El siguiente sonido que les sobresaltó fue un disparo. Lo que le siguió fue un timbre metálico.
La policía había volado el candado.
Desde el suelo, John sacó su cuchillo desde su espalda, y mientras pivoteaba de rodillas, él y Qhuinn arrojaron sus cuchillos a la vez, las hojas atravesaron volando el reducido espacio.
Los lanzamientos se realizaron con tal fuerza que, aunque entraron en el torso del asesino por los omóplatos, estaba claro que uno o los dos había dado en el blanco. Con un destello brillante como un rayo y con un sonoro boom lo suficientemente fuerte para hacer sangrar los oídos, el lesser regresó a su creador, dejando nada más que un humo apestoso… y un hoyo del tamaño de un refrigerador en la puerta.
Con la adrenalina corriendo tan rápido, ni el ni Qhuinn pudieron desmaterializarse, así que saltaron hacia arriba y se pegaron a cada lado del agujero, dejando primero el cañón del arma y luego relajándose.
Los antebrazos fueron los siguientes en aparecer.
Los perfiles y los hombros. Y linternas.
Afortunadamente, los humanos entraron completamente.
“Psst. Ustedes.” Mientras los policías se giraban al comentario de Qhuinn, John saco ambas SIG’s, y con un rápido golpe cruzado de ambas cabezas, los mejores del DPC estaban viendo estrellas y cayendo al suelo.
Lo cual ocurría precisamente cuando Blay aparecía con la Hummer.
John brincó sobre el oficial de policía y se metió en la SUV con Qhuinn justo detrás, esos New Rock que el cabrón insistía en vestir realmente molían la tierra. John se dirigió hacia la puerta trasera, que había dejado abierta Blay mientras Qhuinn se deslizaba en el asiento trasero.
Mientras Blay se iba, echando a bajo el motor y largándose de ahí, John estuvo contento de que sólo tuvieran que bailar con un par de policías – aunque seguro como la mierda que dos escuadrones estaría de regreso LMPP.
Se dirigían hacia el norte hacia la autopista mientras John escalaba hacia el asiento trasero… y colocaba de nuevo sus manos sobre la garganta de Quinn.
Mientras regresaban a lo suyo, Blay grito desde el asiento delantero, “¿Qué demonios ocurre con vosotros dos?”
No había tiempo para contestar. John estaba ocupado apretando y Qhuinn estaba tratando de ponerle un ojo morado – y lográndolo.
Iban circulando a más de sesenta millas por hora por el centro y sus alrededores. Con posible identificación de la Hummer si cualquiera de esos polis había enfocado lo suficiente sus ojos mientras Blay los sacaba del Dodge.
Y una trifulca había tenido lugar.
Más tarde, John se daría cuenta que sólo había un lugar al que Blay podía ir.
Para el momento en que el tipo paró en el estacionamiento de Sal’s – en la parte de atrás del restaurante, donde no había luces – John y Qhuinn habían derramado sangre. Y la pelea terminó sólo cuando John fue sacado de la puerta por Trez – lo que sugería que el pelirrojo había telefoneado antes. Qhuinn fue agarrado de manera similar por iAm.
John escupió para aclarar su boca y miro a todos ellos.
“Creo que diremos que fue empate, chicos,” dijo Trez con una media sonrisa. “¿Qué opinan?”
Mientras John era liberado, la ira lo hacía temblar. Ese asesino podía haber sido la única cosa que necesitaban para encontrar la localización… la historia… lo que fuera. Y porque Qhuinn había insistido en matar al bastardo, no estaba mas cerca de donde habían estado antes. Además estaba el hecho de que el lesser había muerto fácilmente. Sólo un agujero en la cavidad cardiaca y estaba libre de irse a casa – o al menos de regreso al Omega.
Qhuinn secó su boca con el dorso de su mano. “¡Maldita sea, John! ¿Crees que no quiero encontrarla? ¿Crees que no me importan una mierda? Dios, he salido todas las noches contigo, buscando, viendo, rezando por un descanso.” Señaló con su dedo. “Así que entiéndelo. No nos va a ayudar que uno de nosotros sea atrapado por un desgraciado lesser o por un puñado de humanos. ¿Quieres explicarle a Wrath cómo terminaste en eso? Yo no. Y si alguna vez pones un arma en mi cara de nuevo, voy a joderte sin importar cual sea mi trabajo.”
John no confió en si mismo para responder. Una cosa estaba clara, aunque – si no tuviera la esperanza de sacar algo en claro de Benloise en St. Francis, estaría lanzando mierda sin importar quien tratara de detenerlo, Sombra o lo que fuera.
“¿Me oyes?” exigió Qhuinn. “¿Estoy siendo claro?”
John se paseó, manos en la cadera, cabeza abajo. Mientras su temperamento se calmaba, el lado lógico de él sabía que su amigo tenía razón. También estaba muy al tanto de que temporalmente había perdido su maldita cabeza. ¿Realmente había puesto una cuarenta en la jeta de su amigo?”
La repentina claridad lo hizo sentirse enfermo del estómago.
Si no lo paraba aquí, iba a tener más problemas que la hembra desaparecida. Iba a terminar muerto, ya fuera por que cayera en combate o por que Wrath le diera un caso serio de bota-en-el-culo.
Miró hacia Qhuinn. Hombre, la dura expresión en esa cara perforada estaba justo en la línea en la que una amistad no podía recuperarse – la clase de cosa que no tenia que ver con que Qhuinnfuera un chico rudo, sino mas bien con John siendo la clase de idiota con la que nadie quería salir.
Caminó hacia el macho, quien se mantuvo firme a pesar de que fuera a ser tirado hacia elcoche. Cuando estiró su mano, hubo una larga pausa.
“No soy el enemigo, John.”
John asintió, enfocándose en la lágrima tatuada bajo el ojo del tipo. Retirando su palma, hizo señas, Eso lo sé. Es soló… necesito encontrarla. ¿Y qué si ese asesino era la forma de hacerlo?
“Tal vez lo era – pero el punto se hizo critico y va a tener que elegirte a tí en lugar de ella algunas veces. Por que si no lo haces, no va haber manera de que sepas qué es lo que pasó. No puedes buscarla desde el interior de un ataúd.
No pudo encontrar la manera de rebatirle.
“Así que escucha, tú, jodido loco, estamos en esto juntos.” Qhuinn dijo suavemente. “Y estoy aquí para asegurarme de que no despiertes muerto. Me comprometo, lo hago. Pero tú debes de trabajar conmigo.”
Voy a matar a Lash, señalo John deprisa. Voy a sujetar su garganta en mis manos y voy a mirar en sus ojos mientras muere. No me importa cuento me cueste… pero sus cenizas estarán dispersas en la tumba de ella. Lo juro por…
¿Qué podía jurar? No por su padre. No por su madre.
… lo juro por mi vida.
Cualquiera hubiera tratado de aplacarlo con un montón de mierda de ten-fe, debes-creerlo. Pero Qhuinn golpeó su hombro. “¿Te he dicho últimamente cuanto te quiero?”
Cada noche que vienes conmigo a tratar de encontrarla.
“Esto no es por el jodido trabajo.”
Esta vez cuando john le extendió la mano, su amigo la usó para atraerlo en un gran abrazo. Luego Qhuinn lo empujo lejos y miró el reloj en su muñeca. “Debemos apresurarnos a St. Francis Avenue.”
“Tienes diez minutos.” Trez puso su brazo alrededor del chico y comenzó a caminar hacia la puerta trasera a la cocina. “Vamos a limpiarlos. Pueden dejar la Hummer en nuestro garaje y cambiaré las placas mientras no están.”
Qhuinn miro a Trez. “Eso es jodidamente bueno de tu parte.”
“Seee, soy un príncipe, bien. Y para probarlo, hasta les diré todo lo que sé de Benloise.”
Mientras John los seguía adentro, el hecho de que no hubieran obtenido nada del asesino lo centró, lo armoó de valor y lo llevó más lejos.
Lash no iba a dejar Caldwell. No podía. Mientras fuera la cabeza de la Lessening Society, iba a estar pie con pie con la Hermandad, y los hermanos no estaban huyendo de la ciudad – la Tumba estaba aquí. Y aunque todos los civiles vampiros se habían dispersado, Caldie seguía siendo el punto central de la guerra porque no habría victoria para el enemigo si los Hermanos aún respiraban.
Tarde o temprano, Lash iba a resbalar y John iba a estar ahí.
Pero maldita fuera, el tipo le agotaba. Realmente lo hacía. Sin noticia de lo que pasaba cada noche....aquello parecía una eternidad en el infierno.

lunes, 24 de mayo de 2010

Lover Mine (Capítulo XII)

Capítulo 12

Mientras John yacía boca abajo y los pasos de su enemigo se acercaban, respiró a través de su nariz y obtuvo una carga de olor a tierra fresca. Quedarse ahí tirado no era una brillante idea hablando en general, pero este cabrón con el dedo epiléptico en el gatillo no encajaba en el perfil de alguien quien iba a ser cuidadoso en que le diera a su objetivo o no.
¿Dejar perder el rastro en medio de un parque público?
¿Nunca había oído hablar aquel idiota del Departamento de Policía de Caldwell? ¿Del Caldwell Courier Journal?
Las botas se detuvieron y ese dulce, asfixiante olor a lesser que tenía en la piel casi lo hizo ahogarse. Pero era divertido como la vida y la muerte tenían la atención de tu esófago.
Sintió algo romo empujando su brazo izquierdo, como si el asesino estuviera comprobando con su bota para ver si estaba en el territorio de la etiqueta en el dedo. Y luego de pronto, Qhuinn dejo salir un lento y patético quejido desde el lado más lejano del cobertizo.
Como si su hígado estuviera fugando a su colon.
Las botas se movieron cerca del cuerpo de John mientras el bastardo se movía al frente para investigar y John entreabrió un ojo. El asesino estaba sacando una Hollywood, su arma sostenida de frente con un doble agarre de manos, el cañón columpiándose de lado a lado con más afecto que efecto. Aun así, aunque se veía ridículo con ese critico movimiento, las balas eran balas y sólo tomaría un rápido cambio en la dirección y John estaría en rango de quemarropa.
Era bueno que le importara una mierda. Mientras la jodida marcha nupcial se acercaba a los quejidos de Qhuinn, una imagen de la cara de Xhex hizo saltar a John desde la tierra con un movimiento ágil. Aterrizo encima del la gruesa espalda del lesser mientras ponía su arma contra su pálida sien.
El asesino se congeló por un segundo, y John chiflo entre dientes, la señal para Qhuinn y Blay para salir.
“Tiempo de soltar el arma, idiota,” dijo Qhuinn mientras reaparecía. Luego sin darle tiempo al bastado para quejarse, lo alcanzó, cerro sus manos en el antebrazo del asesino, e hizo como si estuviera trozando un palo.
El crujido de los huesos fue más fuerte que lo que había sido el chiflido de John y el resultado fue una muñeca flácida y una Glock menos bajo el control del enemigo.
Mientras el lesser se encogía de miedo, las sirenas a lo lejos comenzaban a sonar… y se acercaban.
John arrastró al bastado hacia las dobles puertas del cobertizo, y mientras Blay abría camino, el empujaba a su presa lejos de la vista.
Con palabras exageradas, gesticulo hacia Qhuinn, Ve por tu Hummer.
“Si los polis vienen por nosotros, tenemos que desaparecer.”
No iremos. Ve por la Hummer.
Qhuinn sacó sus llaves y se las arrojo a Blay. “Ve tu. Y enciérranos, ¿entendido?”
Blay no desperdicio ni un segundo, saliendo y cerrando la puerta. Hubo un sofocado sonido de metal chocando mientras volvía a poner la cadena y luego cerrando el candado en su lugar.
El lesser comenzaba a luchar con mayor fuerza, pero esto no era malo – la conciencia era lo que ellos querían.
John cambio al cabrón hacia su estomago y tiró de su cuello hasta que la cosa se curvó.
Qhuinn sabía exactamente qué hacer. Arrodillándose, puso la cara justo enfrente de la del asesino. “Sabemos que mantienen una hembra prisionera. ¿Dónde está?”
Mientras las sirenas se intensificaban, el asesino solo manejo una serie de gruñidos, así que John no soltó un poco y permitió que entrara un poco de aire en sus pulmones.
Qhuinn retiro su mano y golpeo al lesser. “Te hice un pregunta, perra. ¿Dónde está?”
John lo soltó un poco más, pero no tanto como para ofrecer una ruta de escape. Con el agregado de libertad para actuar, el lesser se estremeció de miedo, lo que demostraba, que mientras el hijo de puta había sido todo disparos vistosos, y aquí en el momento duro, era nada más que un joven punk interesado por su cabeza.
El segundo golpe de Qhuinn fue más duro. “Contéstame.”
“No… prisionero.”
Mientras Qhuinn echaba hacia atrás de nuevo su brazo, el asesino se encogió – sip, aunque los cabrones estaban muertos, sus receptores de dolor funcionaban bien. “La mujer secuestrada retenida por tu Fore-lesser. ¿Dónde está?”
John se acerco y le dio a Qhuinn su arma y luego, con su ahora mano libre, fue hacia la parte baja de su espalda y retiro su cuchillo de caza. No se fue sin decir que él iba a ser el único que iba a hacer un verdadero daño y trajo de nuevo la cuchilla y la puso justo en los ojos del lesser. El rastro silvestre continuaba, pero la pelea rápidamente fue contenida, el enorme cuerpo de John cubriendo lo que estaba debajo de él.
“Vas a querer hablar,” dijo Qhuinn secamente. “Créeme.”
“No conozco ninguna mujer.” Las palabras no fueron nada más que un siseo, ese tubo de viento constreñido por el antebrazo de John.
John dio un tirón hacia atrás y el asesino grito “¡No lo sé!”
Las sirenas estaban gritando ahora, y afuera en el estacionamiento se oía en chirrido de varias llantas.
Tiempo de pisar con cuidado. El lesser estaba mostrando un completo descuido por la única regla en la guerra, así que con cualquier otro asesino podría estar seguro del silencio, que no era tan importante para el Sr. Click-Click Bang-Bang.
John encontró la mirada desigual de Qhuinn, pero el tipo ya estaba en ello. Acercándose a una pila de trapos grasoso, Qhuinn rasgo uno y lo medio en la boca del lesser. Entonces fue tiempo de congelarse.
Desde afuera las voces de los polis eran amortiguadas: “Cúbreme.”
“Entendido.”
Mientras John escondía su cuchillo para que pudiera sostenerlo con ambas manos, hubo muchos pies cambiando de posición, muchos de los cuales estaba a distancia. Pero sin duda vendrían más cerca eventualmente.
Mientras los uniformados se dispersaban, las radios en el auto de policías proveían un sonido de conversaciones de su inicial buscar-y-asegurar. Lo cual no tomo mucho tiempo. En un par de minutos, loa policías estaban buscando entre los autos, justo junto al cobertizo.
“Unidad dos cuarenta a base. Área asegurada. Sin víctimas, sin perpe – “
Con una rápida patada, el lesser tiro una lata de gasolina con su bota. Y prácticamente podías ori todos esos cañones de armas del DPC apuntando y viniendo al cobertizo.







“¿Qué demonios?”
Lash sonrió mientras los ojos del chico se cernían en el omega. Aunque todo estaba cubierto con togas, tenias que ser un completo imbécil para no darte cuenta que había algo debajo de eso – y ding-ding-ding, tenían un ganador en la lotería cognitiva.
Mientras esos pies comenzaban a ir hacia atrás fuera del granero, los refuerzos del Sr. D flaquearon al pequeño bastardo y lo agarraron del brazo.
Lash asintió hacia la mesa del comedor. “Mi padre lo tomara aquí.”
“¡Tomar qué!” ahora había mucho pánico, con el chico golpeando como un cerdo herido. Que no era nada sino una buena práctica para lo que estaba por venir.
Los asesinos lo sometieron y lo pusieron encima el la madera, sosteniéndolo por los pies y los tobillos mientras el Omega venia hacia él en medio de todos los chillidos y el aleteo.
Mientras el mal se levantaba la capucha, todo quedo en silencio.
Y luego el grito que vino de la boca humana desgarro el aire, haciendo eco en el techo, llenando la decrepita casa con ruido.
Lash fue hacia atrás y dejo a su padre trabajar, viendo las ropas del humano volar con el mero pasó de esa palma negra, tranparente. Y luego fue momento del cuchillo, la hoja cogiendo la luz del barato candelabro que colgaba del desquebrajado techo.
El Sr. D fue el que ayudo con los tecnicismos – posicionar las cubetas bajo los brazos y piernas, colocadas alrededor.
Lash había muerto cuando sus venas se secaron; se despertó solo cuando un toque que había sido generado de Dios sabe donde había pasado por su cuerpo. Así que era interesante ver como todo había funcionado: Como la sangre era vaciada del cuerpo. Como el pecho era abierto por el medio y el Omega abría su propia muñeca para dejar un aceite negro en la cavidad. Como el mal invocaba una bola de energía del ligero aire y lo enviaba hacia el cadáver. Como la reanimación llevaba lo que había sido dado a cada vena y arteria. El paso final era la remoción del corazón, el órgano marchitándose en la palma del Omega antes de ser puesto en el contenedor de cerámica.
Mientras Lash recordaba su propia rutina de regreso-de-la-muerte, recordaba a su padre arrastrando al Sr. D para servir como fuente de alimento para él. El necesitaba la sangre, pero de nuevo, había estado muerto por un rato en este punto – y era al menos medio vampiro. Este humano, por otro lado, se despertó con nada más que un jadeo, boqueando y con mucha confusión.
Lash puso su mano en su propio pecho y sintió el latido de su corazón –
Algo estaba fugando. En su manga.
Mientras el Omega empezaba a hacerle cosas depravadas al iniciado, Lash corrió escaleras arriba al baño. Sacándose su chaqueta, doblo la cosa por la mitad… y se dio cuenta que no había ningún lugar donde ponerlo. Todo estaba cubierto de dos décadas de mugre.
¿Cristo, porque no había mandado a alguien ha limpiar el lugar?
Termino colgando la chaqueta de un gancho y –
Oh, mierda.
Mientras levantaba su brazo, había una mancha negra justo donde había puesto el vendaje, y debajo de su codo, donde había un parche mojado.
“Maldita sea.”
Arrancando sus mancuernillas, desabotono su camisa y se congelo mientras veía hacia su pecho.
Levanto los ojos hacia el nebuloso espejo, como si eso fuera a cambiar lo que estaba viendo, se inclino hacia el espejo. Había otra yaga en su pectoral izquierdo, de la misma dimensión y forma que la primera. Y una tercera en su bajo abdomen.
Las alas del pánico abanicaron un ligero mareo y se sujeto al lavabo. Su primer pensamiento fue correr hacia el Omega y pedirle ayuda pero se detuvo – a decir por los gritos y gruñidos escaleras abajo, había bastante acción en el comedor, y solo un idiota interrumpiría eso.
El Omega era voluble por naturaleza, pero tenía concentración de obsesivo-compulsión en algunas cosas.
Aferrando sus manos al lavabo, Lash dejo caer su cabeza mientras su vacio estomago sacaba las perdidas y lo quemaba. Tuvo que preguntarse cuántos más de estos puntos tenia – y no quería saber la respuesta.
Su inducción, renacimiento, lo que sea, se suponía era permanente. Eso era lo que su padre le había dicho. Había nacido del mal, generado del mal que era eterno.
Carcomiéndose en su propia piel no había sido parte del trato.
“¿Está bien?”
Lash cerró sus ojos, el sonido de la voz tejana como garras arañando su espalda. Excepto que él no tenia energía para joder al tipo.
“¿Cómo van las cosas allá abajo?” preguntó en su lugar.
El Sr. D se aclaró la garganta. Y aun así la desaprobación lo hizo ahogarse con sus propias palabras. “Creo que tardara un rato todavía, suh.”
Genial.
Lash forzó a su decaída espina a enderezarse y se giro para encarar al lugarteniente –
Con un rápido roce, sus colmillos salieron en su boca, y por un momento, no pudo entender por qué. Luego cedió cuenta que sus ojos estaban puestos en la yugular del tipo.
Profundo en el vientre de Lash, a su hambre le crecieron cuernos y se volvió loca, lanzando una paliza para sus entrañas.
Sucedió tan rápido que no pudo detenerse, preguntar o pensar. Un segundo estaba parado enfrente del lavabo. El siguiente estaba sobre el Sr. D, aplastando al lesser contra la puerta, y leyendo por la garganta del tipo.
La sangre negra que golpeo su garganta fue el tónico que necesitaba y bebió con desesperación, incluso aunque el tejano luchaba y luego se quedo quieto. Pero el cabrón no tenía que preocuparse. No había nada sexual en la mamada. Era nutrición, simple y llana.
Y mientras más tragaba, mas necesitaba.
Sosteniendo al asesino apretado contra su pecho, se alimento del hijo de puta.

Lover Mine (Capítulo XI)

Capítulo 11

“¿A donde vas, John?”

Abajo, en el vestíbulo de la parte trasera de la mansión, John se congeló con la mano puesta en una de las puertas que daba al garaje. Maldita sea. . . era una casa tan grande, se podría pensar que podría largarse sin público. Pero no... Había ojos en todas partes. Opiniones. . . en todas partes.

En ese sentido era como el orfanato.

Se volvió y miró Zsadist. El hermano tenía una servilleta en una mano y el biberón de Nalla en la otra, obviamente, se había levantado de la mesa del comedor y había entrado por la cocina. Y ¡Hey!, ¿Adivinen qué?. . . la siguiente persona que apareció en la puerta fue Qhuinn, que sostenía una pierna de pavo a medio comer, como si fuera su última esperanza de alimentarse en las próximas diez horas. La llegada de Blay convirtió la reunión en una convención de mierda.

Z señalo con la cabeza la mano de John que se apretaba en la perilla. El gesto de alguna manera lo hizo parecerse a un asesino en serie, a pesar de la parafernalia del bebé. Seguro que fue por la cicatriz en el rostro. Pero lo más probable era que fueran sus ojos de un negro brillante.

"Te hice una pregunta, muchacho”.

Estoy sacando la maldita basura.

"Así que dónde está tu contenedor”.


Qhuinn limpio su cena, y luego se acerco deliberadamente al bote de basura para tirar el hueso completamente pulido. “Sí, John. Quieres responder a eso.”


No, jodidamente no quería.

Me largo de aquí. Afirmó con las manos.

Z se inclinó hacia adelante y plantó su figura en los paneles de la puerta, la servilleta colgando como una bandera por su brazo. "Has estado largándote cada noche cada vez un poco mas y mas temprano, esta vez has alcanzado el límite. No te voy a permitir que te largues tan pronto. Vas arder en cenizas. Y posdata, si alguna vez piensas en largarte sin tu guardia privado de nuevo, Wrath va utilizar tu cara como un martillo, ¿entendido?”

"Jesucristo, mierda, John." La voz de Qhuinn fue un gruñido de disgusto y tenía una expresión como si alguien hubiera limpiado el baño con sus sábanas. "Yo nunca te he detenido. Nunca. ¿Pero me jodes así?”

John miró a un lugar sobre el oído izquierdo de Z. Estuvo tentado de echarle en cara su comportamiento cuando se enteró del secuestro de Bella y toda la mierda salvaje que hizo, había hecho todas las clases de locuras para lograr el regreso de su shellan. La situación era como una capa roja delante de un toro y John ya estaba teniendo la pezuña hendida por una mujer. Dos toros serian excesivos.

La voz de John descendió "¿Qué haces, John?”

Se quedó en silencio.

"¿John?”. Z se inclinó aún más. "Te sacare una respuesta si tengo que hacerlo”.

Solamente he tenido una mala racha. La mentira era una patada en el culo, porque si eso fuera cierto, habría hecho un movimiento para salir por la puerta principal y seguir con la historia de la basura. Pero honestamente no le importaba si en su mentira había un agujero en el fondo.


"No voy a tragarme eso." Z se enderezó y miró su reloj. "Y tu no te vas hasta dentro de otros diez minutos."

John cruzó los brazos sobre el pecho para evitar comentar algo sobre el encierro, y mientras el tema de Jeopardy! Sonaba en su cabeza, se sentía que iba a explotar.

La dura mirada de Z seguro que no sirvió de nada.

Diez minutos más tarde, el sonido de todas las persianas levantándose alrededor de la mansión rompió la detención y Z asintió con la cabeza en la puerta. “Muy bien, ahora te puedes ir si lo deseas. Por lo menos no vas a freírte cuando estés fuera”. John dio la vuelta. "Si te vuelvo a coger sin tu nohtrum ahstrux de nuevo, Traigo tu maldito culo de vuelta”.

Qhuinn maldijo. “Sí, y entonces voy a ser despedido. Lo que significa enviar a Donald Trump mi culo en una daga. Eres bienvenido”.

John agarró el picaporte y tiró, saliendo de la casa, llevaba en su piel una sensación de tirantez. No quería problemas con Z porque respetaba al tipo, pero se encontraba malditamente volátil y el instinto le sugería que sólo iba a empeorar las cosas.

En el garaje, se colgó por un louie y se dirigió a la puerta exterior que estaba en la pared del fondo. A su paso, se negó a mirar a los ataúdes que estaban apilados en el camino. Nop. No necesitaba esa imagen aun en su cabeza ahora mismo. ¿Dieciséis? Bueno, no importaba.

Abriendo la puerta de acero, dio un paseo en el césped que se extendía alrededor de la piscina drenada y sintió alivio hasta que estuvo abajo entre la orilla del bosque y el muro de contención. Sabía que Qhuinn tenía razón sobre su estupidez, porque el olor de su desaprobación había contaminado el aire fresco, como el moho en un sótano. Y Blay estaba con ellos.

Justo cuando estaba a punto de desmaterializarse, su brazo fue aferrado con fuerza. Dio media vuelta para decirle a Qhuinn que parara de joder, pero se detuvo.

Era Blay el que lo había asido, y los ojos azules del pelirrojo ardían.

El tipo le habló con signos en lugar de hacerlo con palabras, probablemente eso obligó a John a prestar atención.

Quieres que te maten, muy bien. En este punto, estoy resignando a esta posibilidad. Pero no expongas el culo de otros. No voy a permitir eso. No te vayas sin avisar a Qhuinn de nuevo

John echó un vistazo a Qhuinn por encima del hombro del chico, que miraba como si quisiera golpear algo por estar tan frustrado. Ah, entonces por eso Blay estaba confrontándolo. No quiso ser la tercera rueda en este triunvirato disfuncional para darse cuenta de lo que le estaban diciendo.

¿Está claro?- Inquirió Blay.

Eso era extraño ya que Blay nunca había agujereado un muro de opinión. Eso hizo que John le diera una explicación.

No puedo prometer que no vaya a largarme”, afirmo John. Simplemente no puedo hacerlo. Pero juro que voy a hacérselo saber. Al menos de esa manera se puede salir de la casa

John –

Sacudió la cabeza y apretó el brazo de Blay.


Yo no puedo prometerle nada a nadie. No con toda esta mierda en mi cabeza. Pero no me iré sin decirle a dónde voy o cuando estaré de vuelta.

La mandíbula de Blay trabajó, apretando y soltando. No era estúpido, sin embargo. Él sabía cuando había un no rotundo sobre la mesa. Está bien. Puedo vivir con eso.

“¿Ustedes quieren compartir un poco de amor? " Demandó Qhuinn.

John dio un paso atrás, haciendo señales, Vamos al Parque Xtreme hasta las diez. Luego vamos a la St. Francis Avenue. Trez me mensajeó.

Se desmaterializaron, viajando hacia el sur y el oeste, tomando forma detrás del cobertizo que habían visitado la noche anterior. Cuando los chicos aparecieron detrás de él, hizo caso omiso de la tensión que nubló y cargo el aire.

Mirando fijamente el lugar, localizo los diferentes jugadores. Esa pistola nueva ocupaba los bolsillos y era todavía el golpe en el centro de todo eso, apoyado en una de las rampas. Había alrededor de una media docena de patinadores que montaban la curva más difícil y otra docena hilando una conversación al compás del ritmo de su pasarela. Siete coches con las descripciones diferentes, fueron aparcados en el lote, y un auto-patrulla hacia rondas lentamente, John sentía que esto era una basura colosal de pérdida de tiempo.

Tal vez si se dirigieran y controlaran más profundo en los callejones del centro tendrían más –

El Lexus que vagaba hacia arriba en el lote no aparco en ninguno de los espacios. Se detuvo perpendicular entre los siete parachoques traseros. . . y lo que salió de la puerta parecía un chico de secundaria, con los pantalones anchos y el sombrero de vaquero.


Pero la brisa que flotaba sobre el, olía como un depósito de cadáveres sin unidad de aire acondicionado.

Y también a. . . Old Spice?

John se enderezó, su corazón iba a todo hola-qué-tal. Su primer pensamiento fue para lanzarse a la estocada y abordar al bastardo, pero Qhuinn lo agarró del brazo como un acero.

“Espera”, le dijo. "Seria mejor investigar el motivo”

John sabía que su amigo tenía razón, así que se deshizo del freno de mano y memorizo el número de la matrícula en el LS 600h.

Del sedan se abrieron otras puertas y se bajaron tres hombres. No eran tan pálidos como los lessers maduros, pero eran de un tono justo de niño blanco, con seguridad, y apestaba a rayos.

Hombre, esa mierda de talco para bebés fue asquerosamente directo a la nariz.

Uno de los asesinos se quedó rezagado para observar como los otros se alejaban, los otros dos alcanzaron al vaquero que iba delante. Mientras caminaban sobre el concreto, todos los ojos en el parque fueron directo a ellos.

Un chico por la rampa media se enderezó y puso su encendedor en el bolsillo.

“Mierda, desearía que tuviéramos mi jodido auto”, le susurró Qhuinn.

Nada más cierto. A menos que haya un rascacielos cercano donde se pueda obtener una vista de ojo de azotea, no había ningún modo de rastrear el Lexus.

El distribuidor no se movió cuando se le acercaron y tampoco parecía sorprendido por la visita, así que se trataba de una reunión organizada. Ahora lo sabía, después de algún rato conversando, los asesinos rodearon al chico y el puñado de tipos volvió hacia el sedán. Todos menos uno de los lesser.

Tiempo de decidir. ¿Se suben en un vehículo, como un cable de alta tensión y despegan en su búsqueda? ¿Se materializan sobre el jodido capó del Lexus y lo derriban? El problema era que ambos procedimientos se corría el riesgo de una perturbación grave de la paz y no podían hacer tanta limpieza mental en un grupo de veinte personas.

"Creo que uno se queda atrás", murmuró Qhuinn.

Así es. El chico mosca estaba a la izquierda en el lote cuando el Lexus K-se volvió y comenzó a salir.

Dejar que el coche se fuera fue lo más difícil que John había hecho nunca. Pero la realidad era que de ese montón de hijos de puta acababa de dar con uno de los principales distribuidores del territorio, por lo que iban a estar de vuelta. Además habían dejado a uno de los suyos atrás.

Así quedaron las cosas para mantenerlos ocupados.

John vio al asesino entrar en el parque. A diferencia del tipo que había tomado su lugar, era un vagabundo, caminando fuera del perímetro, todos los ojos estaban puestos en él. Se manifestó claramente que la noche anterior los ansiosos patinadores le habían hecho una compra. Pero no todo el mundo fue cauto. . . o suficientemente moderado como para estar preocupados.

Un sonido de tic suave se elevo, John se miró a sí mismo. Su pie estaba golpeando en el suelo, subía y bajaba tan rápido como un conejo.

Pero él no iba hacerlo volar. Aguardo detrás del cobertizo. . . y esperó. . . y esperó. Tomó el cabrón casi una hora para pasear su repugnante culo al rededor, pero cuando por fin termino el intervalo, todo los golpecitos con el pie valieron la pena.

Con un rápido disparo de voluntad mental, John guardó la linterna para darse un poco mas de camuflaje en la calle. Y como el hijo de puta levantó la vista en ese momento, John salió de detrás del cobertizo.

El lesser observo a su alrededor y claramente se dio cuenta que la guerra acababa de empezar y tocaba a su puerta. El hijo de puta sonrió y metió la mano en su chaqueta.

John no estuvo preocupado en quien iba a dominar ese infierno. La única regla de compromiso consistía que no podían ir a ello delante de los humanos.

Un cargador automático apareció y fue disparado muy rápido, el tiro fue propinado con un estallido tan fuerte que sonó como una maldición por el parque.

John se lanzó por la cubierta, con gran fuerza que, que-coño-me dio alas. Y luego salieron volando mas balas, el plomo rebotaba por todo el sitio, la gente corría agitada y gritando.

Detrás del cobertizo, Se recargo golpeando su espalda contra la madera y saco su arma .Como Blay y Qhuinn se deslizo en el lugar, en una fracción de segundo, se estudiaron con un ¿Quien esta sangrando? Esto coincidió con una pausa en la lluvia de balas.

¿Qué coño esta pensando? Lanzo Qhuinn ¿Hay tanta gente?

Se acercaron pasos pesados y allí estaba el sonido de clic de un cartucho de munición siendo sustituido. John echó un vistazo a la puerta del cobertizo. La cerradura maestra de la cadena fue un regalo del cielo, levanto la mano, abrió mentalmente la cosa y se deslizaron sus eslabones de manera que quedaron sueltos colgando.

Vayan a la siguiente esquina, John les comunico a los chicos. Vamos a fingir que me han herido.

Como el infierno que no –

John balanceo la pistola justo en el rostro de Qhuinn.

A medida que el retrocedió, John miro fijamente los ojos verdiazules de su amigo. Esto iba a salir como John quería: el iba a cerrar el negocio con el maldito asesino. Fin de la discusión.

Jodete. Articulo Qhuinn, antes de que el y Blay se desmaterializaran.

Con un gemido ruidoso, John dejo caer su cuerpo, resbalando como un saco enorme hacia un lado. Tumbado sobre su estómago, con toda confianza mantuvo su SIG bajo su pecho. Los pasos se acercaron cada vez mas, acompañados por el sonido de una risa baja, para el lesser fue el mejor momento de su vida.

............................
Cuando Lash estuvo devuelta de con su padre, se materializo en la habitación continua a la que compartía con Xhex. Por mucho que quisiera verla, se mantuvo alejado. Cada vez que regresaba de Dhunhd, por una buena media hora, no era más que un pedazo de basura y no era tan estúpido, como para darle la oportunidad de matarlo.

Porque ella seria capaz de hacerlo. ¿No es tan dulce?

Se acostó en la cama y cerró los ojos, su cuerpo se sentía torpe y helado, al respirar profundamente, advirtió como si estuviera descongelándose hacia fuera como un trozo de carne de res. No era como si se congelara al otro lado. De hecho, la caverna de su padre era dorada y bien equipada - asumiendo que estás en la mierda de Liberace.

Papa casi no tenía muebles, pero tenía los suficientes candelabros como para hundir un barco. El congelamiento parecía que tenia que ver con algo cuando transitaba de nuevo a esta realidad y cada vez que regresaba a este lado, se trataba más de una lucha por el rebote. La buena noticia era que él no pensaba que iba a tener que ir allá tan seguido. Ahora que su bolsa de trucos estaba completamente explorada y dominada, no había realmente ninguna necesidad de regresar, y la verdad era que el Omega no era precisamente una presencia inspiradora.

Fue una situación saturada acerca de suficiente-de-mi-que-piensas-acerca-de-mi. E incluso si el reclamo a la estimulación de su ego por su vida anterior, estaba siendo jodidamente poderoso, consiguió madurar su poder bastante rápido.

Además, la vida amorosa de su padre era inquietante como una mierda.

Lash ni siquiera sabía lo que eran esas esfigies de mierda retorciéndose en esa cama. Parecían bestias del color negro, sí, pero el sexo entre ellos era tan imperceptible e indefinido como su especie, y el modo en que ellos se mezclaban era espeluznante. Además de que no les importaba joder incluso si tenían compañía.

Y su padre nunca se negó.

Con un bip concluyo sus reflexiones, Lash metió la mano en la chaqueta y saco su teléfono. Era un mensaje de texto del Sr. D: En camino. Conseguimos el tipo.

Lash miró el reloj y salio disparado, pensando que la hora estaba equivocada. Había regresado hace dos horas - ¿cómo pudo perder la noción del tiempo tan mal?

Poner su estomago en línea fue todo un rollo y levantar las manos para frotar su rostro adquirió un esfuerzo mayor de lo que debería suponer. El peso muerto de su cuerpo, junto con los dolores que le recorrían, le hizo recordar una época en la que había pillado un resfriado o gripe. Tenía la misma sensación. ¿Era posible que se enfermara?

Le hizo preguntarse si alguien vendría con un producto como Muerto-quil o alguna mierda.

Probablemente no.

Dejo caer los brazos sobre su regazo, miró hacia el cuarto de baño. La ducha parecía tener kilómetros de distancia y no valía la pena el esfuerzo.

Le tomó otros diez minutos antes de que pudiera sacudirse el letargo, cuando se puso de pie y se estiró con fuerza para conseguir que su sangre negra fluyera por su cuerpo. Resulto que el baño no estaba a kilómetros de distancia, después de todo y con cada paso que daba se sentía más fuerte. Abrió la llave de la ducha para que saliera el agua caliente, se observo detenidamente en el espejo ya se había ido su colección de moretones. Había desaparecido la mayoría de ellos causados la noche anterior, pero él sabía que pronto iba a conseguir más –

Lash frunció el ceño y levantó su brazo. Tenia una herida en el interior de su antebrazo era más grande, no mas pequeña como los moretes que se desvanecían. Cuando él la presionó con el dedo, no dolía, pero esa cosa era tan desagradable como la mierda, una herida abierta como una llaga, color gris en el centro y bordeado por una línea de color negro.

Su primer pensamiento fue que tenía que ir a ver a Havers. . . excepto que era ridículo y nada más que un vestigio de su antigua vida. ¿Como demonios iba a presentarse en la clínica? ¡Hey! ¿Podrían admitir mi culo?

Además, no sabía dónde se había mudado la maldita clínica. ¿Cuál fue el problema con una incursión exitosa? Su objetivo tomo su amenaza en serio y escapo por un subterráneo profundo.


Parándose bajo el chorro caliente de la ducha, tuvo cuidado en lavar cuidadosamente la llaga con un poco de jabón, pensando si era algún tipo de infección que tenía que sanear, pero entonces otros pensamientos le rondaron la mente.

A su culo le esperaba una gran noche. La inducción a las ocho. Reunión con Benloise a las diez.

Volver aquí por un poco mas de amor.

Salio de la regadera, se seco y se inspecciono la llaga. La maldita cosa parecía estar rabiosa con la atención que le había dado, un lodo negro acuoso supuraba sobre su superficie.

Ah, esa mierda era grande, que podía brotar y manchar su puta camisa de seda.

Se pegó una tirita del tamaño de una tarjeta para cubrir la herida y pensó que tal vez esta noche, él y su chica podían esta vez jugar amablemente. Pero si el quería disfrutar de un cambio tendría que atarla a su cama.

Le tomo poco tiempo para enfundarse en su traje de Zegna y sacar la cabeza fuera de la habitación. Al pasar por la puerta del dormitorio principal, se detuvo, apretó los nudillos y golpeo la madera lo suficientemente fuerte para despertar a un muerto, sonrió.

"Vuelvo en seguida y traeré unas cadenas conmigo”.

Esperó una respuesta. Cuando no hubo nada, alcanzo la perilla y recargo el oído en la puerta. El sonido de su respiración era tan suave, como un suspiro ligero del viento, pero estaba ahí. Ella vivía. Y ella todavía estaría viva a su regresó.


Proyectando todo su autocontrol, soltó la perilla. Si abría la puerta, estaba claro que iba a perder un par de horas y su padre no estaba en la espera.

Abajo, en la cocina. La máquina de café había sido programada para que se pusiera en marcha hace dos horas, por lo que con una rapida inspección del recipiente le mostró algo parecido al aceite de un motor. Y al abrir la nevera, no vio nada a que recurrir a pesar de que sentía hambriento.

Lash terminó desmaterializándose de la cocina con las manos vacías y con las tripas huecas. No es un combo ideal para su estado de ánimo, pero él no iba a perderse el espectáculo. No era por ninguna otra razón que solo ver lo que le había sido hecho durante su inducción.

La dirección de la granja era hacia al norte y al este de la casa de piedra rojiza, y en un instante en que tomó forma en el césped, sabía que su padre estaba dentro: Un temblor extraño en su sangre brotaba cada vez que estaba alrededor de la Omega, como un eco en un recinto cerrado. . . aunque no estaba seguro si él era el sonido y su padre la cueva, o si fuera al revés.

La puerta principal estaba abierta, subió los escalones del porche y entró en la pequeña sala de mierda, recordó el momento de su inducción.

"Cuando te hiciste realmente mío”.

Lash dio media vuelta. El Omega se encontraba en la sala de estar, su túnica blanca cubriendo su rostro y las manos, su energía oscura rezumaba fuera de su túnica, flotando sobre el piso, parecia una sombra oscura formada por ninguna iluminación.

"¿Estás emocionado, hijo mío?”

"See". Lash miró por encima del hombro a la mesa del comedor. El cubo y los cuchillos que habían trabajado en su cuerpo ya estaban allí. Listos, y a la espera.


El sonido del crujir de la grava bajo los neumáticos, había traspasado la puerta. "Ellos están aquí”.

"Hijo mío, me gustaría que trajeras mas reclutas. Me encuentro hambriento de carne fresca”.

Lash se dirigió a la puerta. "No hay problema."

Al menos en esto estaban plenamente de acuerdo. Más soldados significaban más dinero, más luchas.

El Omega se acercó por detrás e hizo un movimiento con su mano alisando suavemente su espalda. –“Eres un buen hijo”.

Por una fracción de segundo, el corazón oscuro de Lash le dolió. Exactamente esa era la frase que el vampiro que lo había criado le había dicho en varias ocasiones. "Gracias".

Sr. D y los otros dos lesser bajaron del Lexus, y presentaron al humano. Era muy prematuro aun para el pequeño bastardo sin embargo, que no era mas que un par de pantalones vaqueros y una camiseta muy lejos de ser un chivo expiatorio. Pero el instante en que clavo su mirada en el, mierda iba a volverse claro como una campana.

Lover Mine (Capítulo X)

Capítulo 10

John Matthew se despertó con la mano en su polla. O más bien, se medio despertó. Como fuera, lo que tenía en su palma estaba completamente listo.

En su nebulosa mente, imágenes de él y Xhex lo estaban iluminando desde adentro… Los vio en la cama de ella en ese sótano suyo y había mucho desnudo, él alcanzando sus pechos. Ella se sentía bien y sólida encima de él, su centro caliente y húmedo contra su erección, su poderoso cuerpo arqueándose y liberándose mientras ella se frotaba en donde dolía por penetrarla.

Él necesitaba entra en ella. Necesitaba dejar algo de él atrás.

Necesitaba marcarla.

El instinto era abrumador al punto de la compulsión… y aun así su conciencia picaba mientras se sentaba y toma uno de los pezones de ella en su boca. Mientras toma su carne entre sus labios, succionándolo, acariciándolo con la lengua, mordisqueándolo siempre tan gentilmente, en cierto nivel, él sabia que esto no estaba pasando realmente – y que incluso en una fantasía, estaba mal. No era justo para su memoria, y aun así la visión tenia demasiada realidad y su palma mientras se masturbaba tenia mucho agarre… y el momento era demasiado innegable y eléctrico para darle la espalda.

No había marcha atrás.

John imagino que la rodaba de espaldas y se cernía sobre ella, mirando esos ojos grises metalizados. Los muslos de ella se abrieron a cada lado de su cadera, su exuberante sexo listo para lo que el quería darle, su esencia inundando su nariz hasta que todo lo que supo era ella. Corriendo sus palmas sobre sus pechos y hacia su estomago, se maravillo de lo similares que era sus cuerpos. Ella era mas pequeña comparada con él, pero sus músculos eran los mismos, duros y tonificados, listos para usarse, firmes como hueso cuando estaban comprometidos. Amaba cuan inflexible era ella bajo su suave, tersa piel, amaba cuan fuerte, cuan firme…

La quería como loco.

Excepto que de repente no puedo ir más allá.

Era como si la fantasía se hubiera atascado, la cita se hubiera roto, el DVD se hubiera rayado, el archivo digital estuviera corrupto. Y lo único que había dejado era su atracción y este esguince, éxtasis en el límite que lo iba a volver demente –

Xhex alcanzo su cara y la acunó, y con el gentil contacto, abruptamente lo comando todo, su cabeza y su cuerpo y su alma: Ella lo poseía y todo lo que el era desde sus ojos hasta sus muslos. Él era suyo.

“Ven a mi,” dijo ella, inclinando su cabeza hacia un lado.

Lagrimas volvieron la visión borrosa. Finalmente, iban a besarse. Finalmente, lo que ella le había negado iba a pasar –

Cuando el se inclinó… ella guió su cabeza de nuevo hacia su pezón.

Él sintió un momentáneo aguijoneo de rechazo, pero luego esta rara euforia lo golpeo. La desviación era tan cierta para ella, se imagino que tal vez no era un sueño. Tal vez esto esta realmente pasando. Echando de lado su tristeza, se concentro en lo que ella estaba dispuesta a darle.

“Márcame,” dijo ella en una voz profunda.

Descubriendo sus colmillos, recorrió una afilada punta alrededor de su areola, haciendo círculos, dando golpecitos. Quería preguntarle si estaba segura, pero ella contestó esa pregunta por si misma. En un rápido movimiento, se levantó en el colchón y sostuvo la cabeza de el sobre su piel así que la hirió y un chorrito de sangre se derramó.

John se hecho hacia atrás, con miedo de que la hubiera lastimado… pero no lo había hecho, y mientras ella se arqueaba en una ola erótica, el centellante fuente de su vida hizo que tuviera un orgasmo.

“Toma de mi,” le ordenó mientras su polla se sacudía y pulsos calientes se vertían sobre los muslos de ella. “Hazlo, John. Ahora.”

No tenia que pedírselo dos veces. Estaba cautivado por la perla de rojo profundo que afloraba, y que con graciosa lentitud bajaba por el pálido pecho. Guiando con su lengua, capturo el rastro y lo regreso a casa con un golpecito que termino en su pezón –

Todo su cuerpo temblaba con el sabor de ella, otra liberación se sacudía en él y marcaba la piel de ella mientras caía en la agonía de otra liberación. La sangre de Xhex era audaz y embriagadora en su boca, una adicción totalmente formada en la primera prueba, un destino que nunca querría dejar ahora que estaba ahí. Mientras saboreaba lo que había tomado, pensó que la oyó reír de satisfacción, pero para entonces estaba perdido en lo que ella le había dado.

Su lengua se arrastraba sobre ambos su pezón y el corte y luego sus labios formaron un sello y se amamanto, tomando su oscuro sabor hacia su garganta y a su entrañas. La comunión con ella era todo lo que siempre había querido, y ahora que se estaba alimentando de ella, la alegría lo invadió junto con una energía nuclear que venia a él de la sangre de ella.

Queriéndole dar algo, movió sus brazos hacia abajo para que su mano barriera por su cadera y entre los muslos de ella. Trazando sus tensos músculos encontró su centro… Oh, Dios, ella era resbalosamente suave e infernalmente caliente, lista y dolorida por recibirlo. Y aunque el no sabía un montón de mierda sobre anatomía femenina, dejó que sus gemidos y espasmos le dijeran donde debían ir sus dedos y que debería de hacer.

No tardó demasiado tiempo antes de que con lo que la estaba tocando estuviera tan mojado como lo que estaba tocando y fue entonces cuando deslizó su dedo corazón en la profundidad. Usando su pulgar, masajeo su cima y encontró un ritmo que acompasara a los tirones que estaba haciendo a su pecho.

Estaba llevándola al limite, llevándola con el, dándole tanto como estaba obteniendo, cuando supo que necesitaba mas. El quería estar en ella cuando se viniera. Entonces estaría completo de manera étera, entero dentro de su piel.

Era la dirección y la necesidad de un macho vinculado. Lo que debía de tener en orden para sentirse en paz.

Levantando sus labios del pecho de ella, arrastro su mano de su sexo y se reposicionó para que lustrosa polla estuviera posada sobre sus piernas abiertas. Encontrando sus ojos en ese incendiario momento, acaricio el cabello corto alrededor de su cara. Lentamente, dejo caer su boca hacia –

“No,” dijo ella. “No es de lo que se trata esto.”

John Matthew se levanto de golpe, la fantasía del sueño destrozando su pecho acongojado en frígidas cuerdas de dolor.

Con disgusto, dejo ir su excitación –. Su polla se había marchitado ciertamente, en vista del orgasmo que había salido por la cabeza de la cosa.

No es de lo que se trata esto.

A diferencia del sueño, que había sido totalmente hipotético, esas palabra habían sido las que de hecho le había dicho – y precisamente en ese contexto sexual.

Mientras se miraba su cuerpo desnudo, las emisiones que había tenido, las que había imaginado tener con ella, estaban sobre su vientre y las sabanas.

Porque demonios se detallaban solo como nadie más podía.

Mirando el reloj, vio que se había quedado dormido con la alarma. O más bien no se había preocupado en ponerla. Un beneficio del insomnio era no tenias que reemplazar tu teléfono de todos esos botones que golpeabas.

En la ducha, se lavo rápidamente y comenzó con su polla. Odiaba lo que había hecho en esa zona medio dormido. Se sentía totalmente mal por tocársela, considerando la situación, y de ahora en adelante, iba a dormir en jeans si tenía que hacerlo.

Aunque conociendo su mano, la maldita cosa probablemente terminaría detrás de su cremallera de todas maneras.

Joder, iba a encadenar sus muñecas a la maldita cabecera.

Después de afeitarse, lo cual como el mantenimiento de los dientes eran mas un habito que un orgullo para su apariencia, colocó sus palmas en el mármol y se inclinó para que el agua de la ducha lo mojara, dejando el agua correr sobre el.

Los lessers eran impotentes. Los lessers… eran impotentes.

Colgando su cabeza, sintió un caliente ímpetu en la parte de atrás de su cráneo.

El sexo sacaba todas clases de mala mierda de él, y mientras la imagen de una mugrosa escalera se asomaba como una mancha en su cerebro, abrió sus parpados y se arrastro de nuevo al presente. No era como un logro.

Había recordado lo que le había pasado miles de veces para salvar a Xhex de ser maltratada de esa manera.

Oh… Dios…

Los lessers eran impotentes. Siempre lo habína sido.

Moviéndose como un zombie, salió, se secó, y se dirigió al cuarto para vestirse. Justo cuando se estaba poniendo sus pantalones de piel, su teléfono sonó y se acerco a su chaqueta para sacarlo.

Abriéndolo… encontró un mensaje de Trez.

Todo lo que decía era: 189 st Francis ave 10 esta noche.

Cerrando de golpe el celular, su corazón latió en un brutal intento. Alguna fractura en la base… sólo estaba buscando una pequeña fractura en el mundo de Lash, una fisura, algo de lo que pudiera asirse y volar la maldita cosa en pedazoa.

Xhex bien podría estar muerta, y esta nueva realidad sin ella podría ser su para siempre, pero eso no quería decir que no pudiera vengarla.

En el baño, se ajusto su cartuchera al pecho, se armó, y después de haber agarrado su chaqueta, salió al recibidor. Deteniéndose, pensó en toda la gente que se reuniría escaleras abajo… tan bien como el tiempo.

Las persianas todavía estaban abajo.

En vez de ir a la izquierda hacía la gran escalera y el vestíbulo, fue a la derecha… y caminó silenciosamente a pesar de sus botas.





Blaylock dejo su cuarto poco antes de las seis por que quería comprobar cómo estaba John. Usualmente el tipo daba una vuelta cerca de la hora de la cena, pero no había habido tal. Lo que significaba que estaba muerto o ahogado.

En la puerta de su amigo, se detuvo y se inclinó. Nada al otro lado que pudiera oír.

Después de un sueve golpe no hubo respuesta, saco un que-se-joda y abrió la cosa. Hombre, el lugar parecía saqueado, con ropas en todas partes y una cama que posiblemente podía ser usada como sitio de demolición.

“¿Esta ahí?”

Al sonido de la voz de Qhuinn, se endureció y tuvo que detenerse de girarse hacia él. No había razón. Sabía que el tipo estaría vistiendo algún tipo de playera de Sid Vicious o Nine Inch Nails o Spliknot metida en sus pantalones de cuero. Y que su dura cara estaría afeitada y muy suave. Y que su negro cabello en picos estaría ligeramente húmedo de la ducha.

Blay caminó en el cuarto de John y siguió al baño, imaginando que sus acciones contestarían suficientemente bien la pregunta. “¿J? ¿Dónde estas, J?”

Cuando se abrió paso a todo ese mármol, el aire era denso con humedad y olía a jabón Ivory, el que usaba John. Una toalla mojada estaba en el tocador.

Mientras daba la vuelta para irse, chocó justo con el pecho de Qhuinn.

El impacto era como ser golpeado por un coche y su mejor amigo se estiró para estabilizarlo.

Oh, no, no tocar.

Blay dio un paso atrás rápidamente y miro hacia el cuarto. “Lo siento.” Hubo una pausa incomoda. “No esta aquí.”

Dah.

Qhuinn se inclinó hacia un lado y puso su cara, esa hermosa cara, en la línea de visón de Blay. Cuando el tipo se enderezo, los ojos de Blay lo siguieron por que tenían que hacerlo.

“Ya no me miras.”

No, no lo hacia. “Si, lo hago.”

Desesperado por alejarse de esa mirada verdiazul, se aflojó y fue hacia la toalla. Arrugándola, arrojo la cosa en el bote de ropa sucia, y maldita sea si amontonar no ayudaba un poco.

Especialmente mientras imaginaba que era su propia cabeza la que estaba metiendo en el agujero.

Blay estaba más calmado cuando dio la vuelta. Incluso cuando encontró esos ojos. “Voy a ir a cenar.”

Se estaba sintiendo bastante orgullo de sí mismo mientras caminaba –

La mano de Qhuinn salió volando y aterrizo en su antebrazo, deteniéndolo en seco. “Tenemos un problema. Tu y yo.”

“Lo tenemos.” No era una pregunta. Porque esta era una reunión que no tenía intención de convocar.

“¿Qué demonios te pasa?”

Blay parpadeo. ¿Qué estaba mal con él? El no era el que se follaba lo que fuera que tuviera un agujero.

No, él era el patético idiota que moría por su mejor amigo. Lo que lo ponía en el territorio de yupy-yupy-yupy-de-regreso-a-casa. Algo más cercano a acobardarse y tendría que cargar un pañuelo de Kleenex en su manga para secar sus lagrimas.

Desafortunamente, el flash de enojo se desinflo y lo dejo vacío. “Nada. No hay nada mal.”

“Mentira.”

Correcto. Ok. Esto no era justo. Ellos ya habían estado en este territorio y Qhuinn podía ser una puta pero la memoria del tipo era perfectamente funcional.

“Qhuinn…” Blay se paso una mano por el cabello.

En el momento justo, esa jodida canción de Bonnie Raitt. Se disparo en su cerebro, su rica voz atando…I can’t make you love me if you don’t… You can’t make your heart feel something it won’t …

Blay tuvo que reír.

“¿Qué es tan gracioso?”

“¿Es posible q te castren sin estar al tanto de ello?”

Ahora Qhuinn estaba haciendo la parte del parpadeo. “No a menos de que estés realmente ebrio.”

“Bueno, estoy sobrio. Malditamente sobrio. Como siempre.” Y en esa nota, tal vez necesitaba tomar una página del libro de John y empezar a alcoholizarse. “Creo que debo de cambiar eso, de todos modos. Discúlpame – “

“Blay – “

“No. No puedes decirme ‘Blay’ así.” Clavo los dedos en la cara de su mejor a migo. “Solo haz lo tuyo. Es en lo que eres mejor. Déjame solo.”

Salió, su cabeza enmarañada pero afortunadamente sus pies en el balón.

Tomando el pasillo de la estatuas bajando la gran escalera. Pasó junto a la pieza maestra Greco-Romana, y recorrió con sus ojos esos cuerpos masculinos. Naturalmente, insertó la cabeza de Qhuinn en cada uno de ellos –

“No tienes que cambiar nada.” Qhuinn estaba justo detrás de él, las palabras bajas.

Blay siguió las escaleras mirando hacia abajo. El bostezo, resplandeciente vestíbulo ante el era un regalo que abrías con tu cuerpo mientras entrabas, cada paso al frente llevándote a un abrazo visual de color y oro.

El lugar prefecto para una ceremonia de emparejamiento, pensó sin ninguna razón en particular.

“Blay. Vamos. Nada ha cambiado.”

Miró sobre su hombro. Las cejas perforadas de Qhuinn era fuertes, sus ojos fieros. Pero tan evidente era que el tío quería seguir hablando como que Blay ya había terminado.

Comenzó a bajar los escalones, moviéndose rápidamente.

Y fue del todo una sorpresa cuando Qhuinn golpeó con el – y la conversación. “¿Qué demonios se supone que significa eso?”

Oh, cierto, como si ellos necesitaran hacer esto enfrente de la gente en el comedor. Qhuinn estaba bien con las audiencias para todo tipo de cosas, pero Blay no encontraba las galerías útiles en lo más mínimo.

Retrocedió dos escalones, hasta que estuvieron cara-a-cara. “¿Cuál es su nombre?”

Qhuinn retrocedió. “¿Disculpa?”

“El nombre de la recepcionista”

“¿Qué recepcionista?”

“La de anoche. En la tienda de tatoos.”

Qhuinn hizo rodar sus ojos. “Oh, por favor –“

“Su nombre.”

“Dios, no tengo una jodida idea.” Qhuinn puso sus palmas hacia arriba, el lenguaje universal para lo que sea. “¿Por qué importa?”

Blay abrió la boca a punto de decir en voz alta que lo que no significaba nada para Qhuinn para él había sido todo un infierno de ver. Pero entonces supo que sonaría posesivo y estúpido.

En vez de hablar, alcanzó su bolsillo, saco sus Dunhills, y tomo uno. Colocándolo en su boca lo encendió mientras miraba esos ojos desiguales.

“Odio que fumes.” Murmuro Qhuinn.

“Supéralo.” Dijo Blay, dando la vuelta y bajando de nuevo.

Lover mine (Capítulo IX)

Capítulo 9

VEINTE MILLAS A LAS AFUERAS DE CHARLESTON, CAROLINA DEL SUR

- Por... Dios. ¡Si que tienen árboles aquí!

Bien, eso lo resumía todo. Mientras la camioneta de enlace vía satélite del programa Investigadores de lo Paranormal se desviaba de la ruta rural SC124, Gregg Winn frenó y se inclinó sobre la manivela.

Jodidamente perfecto.

La entrada de la hacienda estaba flanqueada a ambos lados por robles del tamaño de autocaravanas y musgo español colgaba desde sus enormes ramas, meciéndose con la suave brisa. Al final del camino, casi a media milla de distancia, la mansión con sus enormes columnas, yacía hermosa como una dama en una silla mientras el sol de medio día pintaba su cara con una luz amarillo limón.

Desde la parte trasera, la presentadora de Investigadores de lo Paranormal, Holly Fleet, se inclinó.

- ¿Estás seguro de esto?
- Es un bed and breakfast ¿cierto?. Gregg pisó el acelerador. – está abierto al público.
- Llamaste cuatro veces.
- No dijeron que no.
- No te devolvieron las llamadas.
- Lo que sea. Necesitaba que esto pasara.

Los especiales de Investigadores Paranormales en horario prime estaban a punto de avanzar al siguiente nivel monetario en publicidad. Cierto, no estaban en el mismo territorio que American Idol, pero le patearon el trasero al más reciente episodio de Magic Exposed y si esta tendencia continuaba, el dinero iba a subir como la espuma.

El largo trayecto hacia la casa era como un sendero que no solamente te llevaba al interior de la propiedad, también te hacía retroceder en el tiempo. Por Dios, cuando miraba alrededor del terreno cubierto por césped esperaba ver soldados de la Guerra Civil y a las Vivien Leigh del perido pre- guerra caminado bajo los frondosos árboles.

El camino de grava llevaba a los visitantes directamente a la entrada principal y Gregg aparcó en un costado para dejar suficiente espacio para que otros automóviles pudieran pasar.

- Vosotros dos, quedaos aquí. Yo voy a entrar.

Mientras descendía del automóvil cubrió su camiseta Ed Ardí con una sudadera negra y se bajó los puños para cubrir su reloj Rolex de oro. La camioneta con el logo de una lupa sobre la sombra de un fantasma era lo suficientemente ostentosa y si duda el dueño de la casa era un lugareño. La que ocurría era que el estilo de Hollywood no era un valor añadido fuera de Los Angeles. Y este elegante lugar era lo más lejano a las cirugías y bronceadores en spray que se podía imaginar.

Sus mocasines Prada se deslizaban sobre la grava del camino mientras caminaba hacia la entrada. La casa blanca era una simple caja de tres pisos con pórticos en la primera y segunda planta y un techo de cuatro vertientes con buhardillas, pero la elegancia de las proporciones y el porte total de la maldita cosa era lo que la ponían solidamente en la categoría de mansión. Y para coronar la rutina de gran dama, todas las ventanas estaban enmarcadas desde el interior por cortinas del color de piedras preciosas, y a través de los vidrios, podía ver las lámparas de cristal que colgaban de los altos techos.


Era un gran Bed and Breakfast.

La puerta principal era lo suficientemente grande para pertenecer a una catedral y la aldaba tenía la forma de la cabeza de un león que parecía casi de tamaño real. Levantó el peso y lo volvió a dejar caer en su lugar.

Mientras esperaba, se aseguró que Holly y Stan estuvieran donde el los dejó. Lo que menos necesitaba ahora eran refuerzos cuando estaba en lo que calificaba como una llamada de ventas, especialmente cuando el “ hola-mi-nombre-es” no era bienvenido aquí. Y la verdadera era que, si no hubiesen estado en un caso en Charleston, tal vez no hubiese intentado este cara a cara, pero para un recorrido de media hora que ni siquiera los desviaba de su camino, valía el esfuerzo. No tenían que empezar con las preparaciones para el especial en Atlanta hasta dentro de un par de días, así que había tiempo para esto. Mas aún, él mataría por..

La puerta se abrió ampliamente y tuvo que sonreí rante lo que vio al otro lado. Tío... esto se ponía cada vez mejor. El hombre tenia “mayordomo inglés” escrito por todas partes, desde sus zapatos relucientes hasta su chaleco y su chaqueta.

- Buenas tardes, señor. -Y tenia un acento... no era británico ni francés. Era como de la clase alta europea. – ¿En qué puedo ayudarlo?

- Gregg Winn. Estiró su mano. Creo que los he llamado un par de veces, no estoy seguro si recibieron los mensajes.

La sacudida de mano del mayordomo fue rápida.

- Efectivamente.

Gregg espero a que el hombre continuara, pero cuando nada paso, aclaró su garganta.

- Ah... esperaba que nos permitieran hacer algunas investigaciones en su adorable casa y terrenos. La leyenda de Eliahu Rathboone es extraordinaria, quiero decir... los informes por parte de sus huéspedes son asombrosos mi equipo y yo...

- Permítame interrumpirlo. No habrá nada de Filmaciones y grabaciones en...

- Podríamos pagar.

- ... los terrenos. El mayordomo sonrió estrechamente. – estoy seguro de que puede entender que preferimos nuestra privacidad.

- Sinceramente, no. ¿Cuál seria el daño al permitirnos fisgonear?. -Gregg bajó su voz y se inclinó hacia delante. – A menos que sean ustedes los que hacen las pisadas en mitad de la noche o suspendan una vela con hilo de pescar en las habitaciones.

La cara del mayordomo no cambió, pero se sentía su desdén.

- Creo que debe irse. -No era un comentario, tampoco una sugerencia, era una exigencia. Pero que se joda, Gregg había tratado con cosas mas rudas que un afeminado en traje de pingüino.

- Sabe, debe tener muchos visitantes a raíz de las historias de fantasmas. -Gregg bajó aun m.as su voz. – Nuestra audiencia es enorme. Si ahora cree que tiene muchos visitantes, imagínese lo que podría hacer por su negocio si aparecieran a nivel nacional. Incluso si están inventando el asunto de Rathboone, podemos trabajar juntos, en lugar de trabajar contra ustedes. Si sabe a lo que me refiero.

El mayordomo retrocedió y comenzó a cerrar la puerta.

- Buenos días, señor.

Gregg puso su cuerpo para evitar que la puerta se cerrara. Incluso si no hubiese querido investigar tanto las historias, no le gustaba que le dijeran que no. Y como era usual, esta situación incrementó su interés mucho mas.

- Entonces nos gustaría pasar la noche aquí, estamos trabajando en los alrededores, en sitios de la Guerra Civil. Y necesitamos un lugar donde quedarnos.

- Me temo que no tenemos sitio.

En ese momento, como un regalo de Dios, una pareja descendía la elegante escalera, con su equipaje en la mano. Gregg sonrió mientras miraba por encima del hombro del mayordomo.

- A mí me parece que sí. -Cambiando entre su amplio abanico de personalidades, puso su mejor expresión de “no-voy-a-causar-problemas.” – Lo entiendo, no es no. Así que no grabaremos nada, ni audio ni video. Lo juro por la vida de mi abuela.

Levantando su mano a modo de saludo, dijo alzando la voz.

- Hola chicos, ¿disfrutaron su estancia?.
- ¡Por Dios fue increíble! -Dijo la novia, esposa, aventura pasajera o lo que sea. – ¡Eliahu es real!

El novio, esposo, ligue asintió.

- No le creía, me refiero a ¿fantasmas? Si como no, pero si lo escuche.

- Vimos la luz también. ¿Has escuchado algo sobre la luz?


Gregg puso su mano sobre su pecho en shock.

- No ¿qué luz? Cuéntenmelo todo.

Mientras se lanzaban en un relato detallado de todas las “ cosas increíblemente maravillosas” que eran “increíblemente maravillosas de presenciar” durante su “ increíblemente.....”, los ojos del mayordomo se entrecerraron. Claramente sus modales sobrepasaban sus ganas de matar, mientras se apartaba para permitirle a Gregg que se juntara con la pareja que se marchaba. Pero la temperatura del vestíbulo se volvió demasiado fría.

- Espera, esa es... el hombre frunció el ceño y se inclino hacia el lado. – por Dios, ¿estás con ese programa?

- Investigadores Paranormales. Gregg completó. – soy el productor.

- ¿La presentadora? El hombre miró a su chica. - ¿Está ella aquí también?

- Así es. ¿Quieres conocer a Holly?

El hombre puso su maleta en el suelo y arregló un poco su camiseta polo.

-Si ¿podría?

- Ya nos íbamos. Dijo su otra mitad. - ¿cierto Dan?

- Pero si tengo... tenemos la oportunidad de...

- Irnos ahora, estaremos en casa al anochecer. Se volvió hacia el mayordomo. – gracias por todo, Sr. Griffin. Hemos tenido una estancia maravillosa.

El mayordomo se inclinó con gracia.


- Por favor, vengan nuevamente, señorita.

- Oh, lo haremos, este va a ser el lugar perfecto para nuestra boda en septiembre. Es increíble.

- Simplemente increíble. Dijo su prometido, como si quisiera congeniarse con ella.
Gregg no insistió en la presentación con Holly mientras la pareja salía, incluso el hombre se detuvo y miró por encima de su hombro como si estuviera esperando que Gregg los siguiera.

- Iré a buscar nuestro equipaje. Le dijo Gregg al mayordomo. – y usted puede preparar nuestras habitaciones. Sr. Griffin.

El aire alrededor del hombre pareció cambiar.

- Tenemos solo dos habitaciones.

- Eso esta bien. Y por que puedo decir que usted es un hombre con valores, Stan y yo nos quedaremos juntos. Por decoro.

Las cejas del mayordomo se elevaron.

- Así es. Si usted y sus amigos son tan amables de esperar en la sala de estar, a su derecha. Yo le diré a las mucamas que preparen sus habitaciones.

- Fantástico. Gregg le puso la mano en el hombro. – ni siquiera sabrá que estamos aquí.

El mayordomo retrocedió

- Una advertencia. Si me lo permite.

- Dígame

- No suban al tercer piso.

Bien si eso no era una invitación... y una línea sacada de Scream.

- Absolutamente. Lo juro.

El mayordomo salió del vestíbulo y Gregg se asomó por la puerta principal llamando a su equipo. Cuando Holly bajo de la camioneta, sus pechos talla doble D, rebotaron debajo de la camiseta negra que estaba usando, y sus jeans Seven eran de tiro tan corto que mostraba parte de su estomago plano y bronceado. Él la contrató, no por su inteligencia sino por su cuerpo de Barbie, y aun así había probado ser más de lo que él esperaba. Como muchos idiotas, ella no era completamente estúpida, solo en gran parte, y tenía una escalofriante habilidad para posicionarse donde mas la beneficiaba.

Stan corrió el panel lateral de la camioneta y bajó pestañeando, apartó de su cara el largo y desordenado pelo. Perpetuamente drogado. Era la persona perfecta para esta clase de trabajo: Técnicamente adepto, pero dócil hasta el punto en que aceptaba bien las ordenes. La ultima cosa que Gregg quería era un artista manejando la cámara.

- Traigan el equipaje. Les gritó Gregg. Lo que era el código para”traigan no sólo sus bolsos sino también el equipo a pequeña escala”

Este no era el primer sitio donde había tenido que convencer a alguien para que los dejaran entrar.

Mientras volvía a entrar, la pareja que se había marchado se alejaba en su convertible Sebring, el hombre miraba a Holly inclinándose en la camioneta en lugar de mirar el camino por donde iba.


Ella solía tener ese efecto en los hombres. Otra razón más para mantenerla cerca. Bueno, eso y el hecho de que ella no tenia problemas con el sexo casual.

Gregg entró a la sala de estar y miro lentamente alrededor. Los oleos eran de la misma calidad que los de un museo, las alfombras eran Persas, las paredes estaban pintadas a mano con escenas pastorales. Había candelabros de plata fina en cada superficie y ni un solo mueble había sido fabricado durante el siglo veintiuno o veinte... o talvez ni siquiera durante el siglo diecinueve.

El periodista apareció y dijo para sí. Los Bed and Breakfast, incluso los de primera categoría no estaban equipados de esta forma. Así que algo pasaba aquí. Era eso o la leyenda de Eliahu estaba poniendo muchas cabezas sobre esas almohadas cada noche.

Gregg se acercó a uno de los retratos mas pequeños. Era de un joven en la mitad de sus veinte, y pintado en otra época, en otro lugar. El sujeto estaba sentado en una silla de respaldo duro, sus piernas cruzadas en las rodillas, sus elegantes manos estaban hacia un lado. El cabello oscuro hacia a tras y amarrado con una cinta, revelando una cara alucinante. La ropa era... bien, Gregg no era un historiador así que quien mierda sabía, pero mas que seguro, que usaba algo que George Washington y sus contemporáneos habían usado.

Este era Eliahu Rathboone, pensó Gregg. El abolicionista secreto que siempre había dejado una luz encendida para animar a aquellos que necesitaban escapar a venir acá... el hombre que había muerto para proteger una causa incluso antes que esta se asentara en el norte... el héroe que había salvado a muchos, sólo para ser asesinado en la flor de su vida. Este era el fantasma que buscaban.

Gregg hizo un marco con sus manos e hizo una vista panorámica de la habitación antes de centrarse en esa cara.

- ¿Es él? La voz de Holly llegó desde atrás. - ¿realmente es él?

Gregg sonrió sobre su hombro su cuerpo estremeciéndose positivamente.

- Y yo pensé que las fotos de Internet eran buenas.

- Él es... hermoso.

Y también lo eran su historia, su casa y toda esa gente que se iba de aquí hablando sobre las apariciones.

Que se joda el viaje al asilo en Atlanta, este era su próximo especial en vivo.

- Quiero que trabajes en el mayordomo. Gregg dijo suavemente. – ya sabes a lo que me refiero. Quiero acceso a todo.

- No voy a dormir con él. Mi limite es la necrofilia y ese hombre es mas viejo que Dios.

- ¿Te pedí que lo hicieras? Hay otras formas. Y tienes esta noche y mañana. Quiero hacer el especial desde aquí.

- ¿Te refieres a...?

-Transmitiremos en vivo desde aquí dentro de diez días. Caminó hacia las ventanas que daban hacia el sendero de árboles, y con cada paso que daba, la madera del suelo sonaba.

Daytime Emmys, aquí vamos. Pensó Gregg.

Jodidamente perfecto.