jueves, 20 de mayo de 2010

Lover Mine (Capítulo II)

Capítulo II


Capítulo 2

Cronológicamente hablando, Blaylock hijo de Rocke conocía a John Matthew desde hacía más de un año.
Pero eso no era un verdadero reflejo de la relación no sexual que existía entre ellos. Había dos líneas de tiempo en la vida de las personas: lo absoluto y lo percibido. Lo absoluto era el ciclo universal día-noche que para ellos era algo como trescientos sesenta y cinco días. Luego estaba la forma de cómo el periodo de tiempo se había ido, los eventos, las muertes, la destrucción, el entrenamiento, las peleas.

Y sacando la cuenta, pensó, mirando a su amigo. En total… ambos habían estado vinculados cuatrocientos mil años.

John Matthew estaba mirando los diseños de tinta en las paredes del lugar del tatuaje, sus ojos repasando las calaveras, las dagas, las banderas americanas y los símbolos chinos. Con su tamaño, empequeñecía absolutamente el local. En contraste con su estado de pretrans, ahora tenía la masa muscular de un luchador, también porque su esqueleto era muy grande, el peso estaba estirado en sus largos huesos, dándole un aspecto más elegante que el de esos humanos de músculos apretados. Había rapado su pelo negro, con lo que logró que las facciones de su cara parecieran mas duras que atractivas – los círculos negros debajo de sus ojos le daban una mirada dura y seria.

La vida había batido la mierda sobre él, pero en lugar de doblarlo, cada huelga y golpe lo habían hecho más y más resistente. Ahora era de acero, nada comparado con el niño que una vez fue.

Pero eso era crecer. No sólo tu cuerpo cambiaba, tu cabeza lo hacia también.

Mirando a su amigo, la perdida de su inocencia parecía un crimen.

Y sobre aquella nota, la recepcionista detrás del contador captó la atención de Blay. Ella se inclinaba en el cristal donde estaban los piercings, sus pechos salían de su sostén negro y la camisa negra que llevaba puesta. Tenía dos mangas, una negra y blanca y la otra negra y roja, tenía aros de bronce de cañón gris en su nariz, sus cejas, y ambas orejas. Entre medio de todos los tatuajes de la pared, ella era un vivo ejemplo del trabajo que uno podía obtener si quería. Un muy muuy sexy, ejemplo… que tenía labios de color rojo vino y el pelo del color de la noche.

Todo en ella encajaba con Qhuinn. Era su copia en versión mujer.

Los ojos mixtos de Qhuinn ya se habían puesto en ella y ella sonreía firmemente a su manera de yo te tengo.

Blay deslizo la mano hacia su chaqueta de cuero y sintió su paquete de Dunhill rojos.
Hombre, nada lo hacía más adicto al cigarro que la vida amorosa de Qhuinn.
Y claramente él iba a encender otro par esta noche.

Qhuinn se paseó frente de la recepcionista y la apreció como si fuera una cerveza helada, alta y fresca: y él hubiera trabajado durante horas bajo el sol.

Sus ojos se posaron en sus pechos mientras intercambiaba palabras con ella, y ella le ayudo a tener una mejor vista apoyando sus pechos en su antebrazo.

Que bueno era que los vampiros no tuvieran cáncer.

Blay giró su espalda hacia el Spice Channel de la caja registradora y fue a ponerse junto a John Matthew.

"Eso es interesante." Dijo Blay apuntando a un dibujo de daga.

¿Te tatuarás alguna vez? Dijo John

"No sé."

Dios, sabía qué le gustaría en su piel…

Su mirada se volvió para poder ver a Qhuinn. El inmenso cuerpo del chico se arqueaba hacia el cuerpo de la mujer, sus anchos hombros y sus apretadas caderas y sus largas y fuertes piernas le garantizaban a ella un buen paseo.

Era asombroso cuando tenía sexo.

No era que él lo supiera de primeras. Él lo había visto y lo había escuchado… y se había imaginado como seria…

Pero cuando la oportunidad se había dado, él se había relegado a una pequeña y especial clase: negarse.

En realidad, era una categoría más que una clase… porque era el único con quien Qhuinn no había tenido sexo.

"Umm. . . ¿va a ser así para siempre?" preguntó una voz femenina.

Como un estruendo profundo de un hombre, Blay miro a la silla de tatuajes.

La rubia que había acabado, fue metiendo con cuidado su camisa sobre el vendaje celofán y mirando al hombre que la había atendido como si fuera un médico diciéndole las probabilidades de sobrevivir a la rabia.

La pareja de niñas luego fue hacia la recepción, donde la chica que había cambiado de idea pidió que le devolvieran el dinero, ambas chequearon a Qhuinn.

Era como si donde sea que él fuera las mujeres lo miraran -y solía ser el tipo de cosa que hacia que Blay alabara a su amigo. Ahora, era un rechazo de nunca acabar: cada vez que Qhuinn decía sí, él se sentía peor.
"Estoy lista si ustedes están listos chicos," dijo el chico que tatuaba.

John y Blay fueron a la parte posterior de la tienda y Qhuinn dejo a la recepcionista como un mal habito y siguió caminando. Una buena cosa de él era que se tomaba muy enserio su rol de ahstrux nohtrum de John: se suponía que el debería estar con él las veinticuatro horas de los siete días de la semana, y esa era un responsabilidad que se tomaba mucho mas enserio que el sexo

En el momento en que John se sentó en la silla acolchada en el centro del lugar de trabajo, sacó un pedazo de papel y lo desplegó en a mesa de la tatuador.

El hombre frunció el ceño y miró lo que John había esbozado. “¿Entonces son estos cuatro símbolos a lo largo de tu hombro superior?”

John asintió y dijo, los puedes embellecer de la manera que quieras, pero tienen que estar claros.

Después de que Qhuinn tradujo, el artista asintió. "Ok" Agarró un lápiz negro y comenzó a hacer un dibujo de remolinos elegantes alrededor del simple diseño.
"¿Qué son estas cosas, a propósito?"

"Solo símbolos," respondió Qhuinn.

El artista asintió de nuevo y siguió dibujando.

"¿Qué os parece esto?"

Los tres se inclinaron.

"Hombre," Qhuinn dijo suavemente. "Eso es maravilloso."

Y así era. Era absolutamente perfecto, del tipo de cosa que John usaría en su piel con orgullo – no es que alguien viera los personajes en la antigua lengua o el espectacular trabajo de los remolinos. Lo que era, era algo que el no quería saber del todo, pero eso es lo que ocurría con los tatuajes: no tenían que ser públicos, y Dios sabía que el chico tenía una buena prenda para cubrirlo.

Cuando John asintió, el artista se paró. "Déjame ir a buscar el papel para transferirlo. Copiarlo no llevara mucho, luego lo trabajaremos.”

Como John puso una jarra de cristal de tinta sobre el mostrador y comenzó a quitarse la chaqueta, Blay se sentó en un taburete y le tendió los brazos.

Dado el número de armas que John llevaba en sus bolsillos, no haría ningún bien a nadie colgar su mierda en un gancho.

Cuando se sacó la ropa, John se acomodó en una posición de inclinación hacia delante, con los brazos descansando sobre una pesada barra de soporte acolchado. Después de que el artista tuvo la imagen en el papel de transferencia, el tipo alisó la sábana sobre la espalda de John, y la quitó.

El diseño formó una perfecta forma de arco a través de la extensión de sus musculos, ocupando toda la superficie considerable de John.

La antigua lengua sí que era linda pensó Blay.

Observando los símbolos, por un breve y ridículo momento, se imaginó su propio nombre a lo largo del hombro de Qhuinn, tallado en esa suave piel en la forma del acto de apareamiento.

Nunca va a pasar. Ellos estaban destinados a ser mejores amigos… que, comparado con extraños, era algo enorme. ¿Comparado con amantes? Era el lado frío de una puerta cerrada.

Echó una mirada a Qhuinn. El chico tenía un ojo en John y otro en la recepcionista—quien había cerrado la puerta de la entrada y se había puesto de pie a su lado.


Detrás del los pantalones de cuero, el bulto era obvio.

Blay miró el lío de ropas en su regazo. Una por una, cuidadosamente dobló la camiseta, la manga larga y luego la chaqueta de John.

Cuando levantó la vista, Qhuinn estaba corriendo el dedo índice lentamente por el brazo de la mujer.

Ellos iban a terminar teniendo relaciones detrás de la cortina. La puerta de entrada estaba segura, la cortina era bastante delgada, y Qhuinn se lo haría a la mujer con sus armas encima. Así que John estaría a salvo en cualquier momento… y aquel ardor conseguiría ser saciado.

Lo que significaba que Blay solo sufriría al escucharlos.

Mejor todo de uno. Especialmente porque Qhuinn era hermoso de observar cuando tenía sexo. Muuy… hermoso.

Antes, cuando Blay había tratado de hacerse pasar por hetero, los dos habían hecho de todo con mujeres humanas-- No es que hubiera podido recordar alguna de las caras de las mujeres, sus cuerpos, o nombres. Siempre había sido sobre Qhuinn para él. Siempre.

El dolor de la aguja mordisqueando el tatuaje era un placer.

Mientras John cerraba sus ojos y respiraba lenta y profundamente, pensaba en la intersección de metal y piel, en como lo afilado entraba en lo suave, como la sangre fluía… como podía darse cuenta exactamente donde estaba ocurriendo la penetración.

Como en este preciso momento, el tatuador estaba directamente sobre la parte superior de su columna.

John tenía bastante experiencia con toda la mierda de cortar y despedazar- sólo que en una escala mucho mayor, y más como el que la proporciona y no el que la recibe. Seguro, el había resultado herido en el campo un par de veces, pero había dejado su más que justa cantidad de heridas en sus atacantes, y como el tatuador, el llevaba su equipo de trabajo con el: Su chaqueta llevaba todo tipo de dagas y cuchillos, incluso un pedazo de cadena. Además de un set combinado de pistolas sólo por-si-acaso. Bueno… todo eso y un par de cilicios de púas.

No es que el fuera a usarlos alguna vez con sus enemigos. No, esos no eran armas. Y a pesar de que no habían sido usados sobre el muslo de nadie durante un poco más de dos semanas ahora, no eran inútiles. Actualmente, funcionaban como algún tipo jodido de mantita de seguridad. El los mantenía debajo de su almohada cuando dormía, los metía en sus bolsillos cuando comía, los cargaba en su maleta cuando iba a ejercitarse en el gimnasio y también los empacaba junto a su equipo cuando salía a cazar.

Sin ellos, se sentía desnudo. La cosa era, que esos lazos brutales eran la única cosa que lo unía a la persona que amaba. Lo cual, considerando el modo en que las cosas habían quedado entre ellos dos, tenía un sentido cósmico.


Sin embargo no fueron lo suficientemente lejos para él. Lo que Xhex había ocupado entre sus piernas para domar su symphath no le ofrecían el tipo de estabilidad emocional que buscaba, y eso fue lo que le había llevado a su propia sesión de metal en la piel. Mientras estuviera vivo, ella siempre estaría con él. Tanto en su piel como debajo de ella, tanto en sus hombros como en su mente

Ojalá que este humano estuviera haciendo un buen trabajo con el diseño.

Cuando los hermanos necesitaban tatuajes por cualquier razón, Vishous trabajaba la aguja y el tipo era profesional en eso--diablos, la lágrima roja en la cara de Qhuinn y la fecha de desplazamiento negro alrededor de la parte posterior de su cuello eran geniales.


El problema era que, si iba donde V con un trabajo como este, iba a haber preguntas – Y no sólo de parte de el, sino de todos.

No habían secretos en la hermandad, y John tenía suerte por haber mantenido sus sentimientos hacia Xhex para sí mismo.

La verdad era que. . . él estaba enamorado de ella. Más allá de la línea, sin regreso, ni siquiera por la muerte. Y aunque sus corazones-y-flores no se habían correspondido, eso no importaba. Él estaba en paz sabiendo que aquella a la que amaba, no lo quería.

Con lo que no podía vivir era con la idea de ella siendo torturada o asesinada lentamente. Una terrible muerte. Oque él no pudiera darle un entierro digno.


Estaba obsesionado con su desaparición. Al punto de la autodestrucción brutal e implacable hacia el que la había llevado.

Pero eso era asunto de él y de nadie más.

Lo único bueno era que la hermandad estaba comprometida en descubrir qué diablos le pasó. Los hermanos no dejaban a nadie atrás en una misión, y cuando habían ido a buscar a Rehvenge para sacarlo de la colonia symphath, Xhex había sido un miembro del equipo. Cuando el polvo se había aclarado y ella desapareció completamente, la hipótesis era que había sido secuestrada, y habían dos maneras de serlo: por symphaths o por lessers. Lo cual era un poco como preguntar ¿Quieres que muera de polio o ébola?

Todos, incluyendo a John, Qhuinn, y Blay, estaban en el caso. ¿Como resultado? Nada, todo se veía difícil y encontrarla era parte del trabajo de John como soldado en una guerra.



El zumbido de la aguja paró y el artista limpió su espalda.

"Se está viendo bien," dijo el tipo, observando su trabajo. "¿Lo quieres hacer en dos sesiones o sólo en esta?”

John miró a Blay y articuló…

"Él dice que lo quiere hecho para hoy en la noche si tienes tiempo” Tradujo Blay.

"Sí, puedo hacerlo. ¿Mar? Llama a Rick y dile que llegaré tarde."

"Marcando…" contestó la recepcionista.

No, John no dejaría que los hermanos vieran el tatuaje—no importaba lo lindo que fuera.

De la forma en la que él lo veía, había nacido en una estación de autobuses y dado por muerto. Tirado en el sistema de bienestar infantil humano . Elegido por Tohr y su pareja sólo para que ella terminar muerta y el tipo desaparecido. Y ahora Z, quien había sido designado para alcanzarlo, estaba entendiblemente ocupado con su shellan y su nueva hija.

Incluso Xhex se había cerrado antes de la tragedia

Así que, cualquiera podía tener una pista. Además, era curiosamente libre para no dar un carajo por la opinión de los demás.
Lo liberó hasta alimentar su obsesión violenta de perseguir al secuestrador y rasgar miembro a miembro al muy cabrón.


"¿Te importa decirme lo que es?" le pregunto el chico del tatuaje.

John levantó sus ojos y pensó que no había razón para mentirle al humano. A parte, Blay y Qhuinn sabían la verdad.

Blay miró un poco sorprendido, pero tradujo. "El dice que es el nombre de una mujer."

"Oh. Sí, me di cuenta. ¿Ustedes dos se van a casar?"

Después de que John gesticulara, Blay dijo, "Es un recuerdo."


Hubo una pausa y el tipo del tatuaje puso su pistola abajo sobre la mesa rodante donde estaba la tinta. Después se levantó la manga de su camisa negra, puso el antebrazo por delante de John. En él estaba la imagen de una hermosa mujer, su pelo descansando en su hombro, sus ojos se centraron en el modo en que ella sobresalía de la piel.

"Ésa era mi chica. Ella ya no está aquí tampoco." Con un tirón, el hombre cubrió la imagen. "Así que lo entiendo."

Cuando la aguja volvió al trabajo, John tuvo problemas para respirar. La idea de que Xhex probablemente estuviera muerta lo carcomió vivo. . . y lo que era peor, comenzaba a imaginarse el tipo de muerte que hubiera tenido.

John sabia quién se la había llevado. Había solo una explicación lógica:

Mientras ella se había ido al laberinto a ayudar a liberar a Rehvenge, Lash había aparecido, y cuando él desapareció, también lo hizo ella.

No fue una coincidencia.


Y aunque nadie había visto nada, había cientos de symphaths en la cueva donde Rehv había estado y demasiadas cosas que hacer. . . Lash ya no era su jardín-variedad lesser.

Oh, no . . . él era aparentemente el hijo de Omega. El desove del mal. Y eso significaba que el cabrón tenía trucos.

John había visto un poco de sus bailes fantásticos personalmente durante la pelea en la colonia: Si el hombre podía poner bombas de energía e ir cara a cara con la bestia Rhage, entonces ¿por qué no podía llevarse a alguien frente a las narices de todos?

La pregunta era si Xhex había sido asesinada esa noche, ellos hubieran encontrado el cuerpo. Si ella estaba respirando, pero con una lesión, habría alcanzado con telepatía de symphath- a -symphath a Rehvenge. Y si ella estuviera viva, pero necesitaba vacaciones, se habría ido sólo después de asegurarse de que todos estaban a salvo en casa.

Los hermanos estaban trabajando fuera de los supuestos, mas o menos en una misma lógica, por lo que fueron todos en busca de lessers. Y también casi todos los vampiros habían dejado Caldwell, y se habían ido fuera del estado a sus casas de seguridad después de las redadas, la sociedad Lessering, bajo las reglas de Lash, se había unido al tráfico de drogas para recaudar fondos, y eso se daba mayormente en los clubes aquí en la ciudad en la calle Trade.

Los callejones de mala muerte eran el lugar del juego, con todo el mundo en busca de cosas que eran no-muertos y olían como un cruce entre un Skunk desangrado- y un PlugIn Glade.

Habían pasado cuatro semanas y ellos no habían encontrado nada más que signos indicando que los lesser se movían en las calles de los humanos.

John se estaba volviendo loco, mayormente por no saber nada y por el miedo, pero parcialmente por haber guardado toda la violencia en su interior. Aunque es asombroso lo que puedes hacer cuando no tienes alternativa—tenia que parecer normal y sensato si quería ser parte de esto, así que eso fue exactamente lo que hizo.

¿Y ese tatuaje? Era un juego peligroso en el territorio en el que estaba. La certeza de que ni siquiera Xhex lo había querido no importaba, ella era su pareja y el la honraría, viva o muerta. Aquí estaba la cosa: La gente se sentía de la manera que quería y no era su culpa o la tuya si la conexión era sólo de una parte. Así era...

Dios, él deseaba no haber sido tan frío cuando tuvieron sexo por segunda vez.

La última vez.


Abruptamente, cortó sus emociones, poniendo ese genio de la tristeza, el pesar y el rechazo de nuevo en la botella. No podía quebrarse aquí. Tenía que seguir, seguir buscando, seguir poniendo un pie delante de otro. El tiempo pasaba aunque no quisiera, para que tuvieran oportunidades de encontrarla viva.

Sin embargo el reloj no estaba interesado en sus opiniones.

Querido Dios, pensó. Por favor no me dejes fallar en esto.

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