jueves, 20 de mayo de 2010

Lover mine (Capítulo I)

Capítulo I

Otra mariposa de mierda.

Cuando R.I.P vio desde detrás de la cortina a los que atravesaban la puerta de su tienda, supo que terminaría haciendo otra mariposa de mierda. O dos.
Considerando la pareja de largos, rubios y burbujeantes que acababan de entrar y el modo en que la risita risueña de su recepcionista se escuchaba arriba, supo que él no iba a estampar ninguna mierda de calaveras-y-huesos en sus pieles.
Esa Paris Hilton y sus excitados chicos nosotros-somos-tan-malos lo tenían mirando el reloj… y deseando cerrar ahora, en vez de a la una de la mañana.
Hombre… aquella mierda la hacía por el dinero.
La mayor parte del tiempo podía hacerlo todo, cualquier marca en los pesos ligeros que venían subiendo las escaleras, pero esta noche las ideas brillantes sobre cosas dulces le fastidiaban. Era difícil estimularse con el juego de ¡Hello! Kitty, cuando acaba de emplear tres horas haciendo un retrato conmemorativo para un motorista que había perdido a su mejor amigo en el camino. Uno era la vida real, el otro una caricatura.
Mar, su recepcionista, vino a verlo – ¿Tienes tiempo para hacer algo rápido? – Las cejas perforadas subieron cuando rodó los ojos – No debería tardar mucho.

- Si – Cabeceo en su silla acolchada – Trae al primero aquí-
- Ellos lo quieren hacer juntos – Desde luego que ellos querían – Bien. Agarra el asiento de la salida –

Mar desapareció tras la cortina y él fue a prepararse. Los dos de la caja registradora sostenían las manos de cada uno y gorgojeaban sobre las formas de consentimiento que tenían que firmar. De cuando en cuando le lanzaban miradas de admiración, con todo su encaje y su metal, él era un tigre exótico que ellos habían venido a ver como si estuvieran en un zoo… y estaba totalmente justificado.

Uh-huh. Bien. Se cortaría sus propias pelotas antes de que lo miraran con jodida compasión.

Mar cobró el dinero y luego las trajo. Se llamaban Keri y Sarah, que era mas de lo que esperaba, se había imaginado mas bien algo como Tiffany y Britney.

- Quiero una carpa de arcoíris – Dijo Keri sentándose en la silla con la clara intención de parecer atractiva – Justo aquí – Tiró de su pequeña camisa apretada, bajo la cremallera de sus vaqueros y se empujo hacia abajo.

Su ombligo tenía un aro con una corazón rosado de piedra falsa colgando y era claro que estaba en la electrolisis.

- Bien – dijo R.I.P – ¿De qué tamaño? –

Keri la seductora pareció desinflarse un poco – como si su record del cien por ciento con jugadores de fútbol del colegio la hubieran conducido a asumir que el jadearía como un imbécil por lo que ella le mostraba.

-Um… no demasiado grande. Mis padres me matarían si supieran lo que estoy haciendo… entonces esto no puede verse con un bikini –

Por supuesto que no - ¿Dos pulgadas? – con la mano derecha marcó la dimensión.

- Tal vez… un poco mas pequeño –

Con una pluma hizo el bosquejo sobre su piel, y después de que ella le pidiera que se quedara dentro de los bordes, él se puso los guantes negros, tomó una aguja limpia y su arma.

La parte divertida duró aproximadamente un segundo y medio, luego Keri se deshizo en lágrimas y se colgó de la mano de Sarah como si estuviera en un parto sin la epidural. Y la diferencia, no era esa.

Había una enorme diferencia entre los Hard-cores y los aspirantes, las mariposas, las carpas y los pequeños y lindos corazones eran una de las pocas.

– Las puertas de la tienda se abrieron ampliamente. R.I.P se irguió un poco más en su silla rodante.

Los tres hombres que entraron no vestían uniformes militares. Pero definitivamente no eran civiles. Metidos en el cuero de sus chaquetas, sus pantalones y sus shitkickers, eran hombres tan grandes que atrajeron las paredes más cercanas y encogieron el techo hacia abajo. Tenían montones de bolsillos ocultos, de la clase que se usa para armas y tal vez cuchillos.

Con un sutil movimiento, RIP se acerco al mostrador en donde estaba el botón de emergencias.

El de la izquierda tenía los ojos diferentes, piercings de bronce y mirada fría de asesino chulo. El de la derecha parecía un poco más normal con su pinta de niño-bonito y el pelo rojo – excepto por el hecho de que parecía un tipo armado para la guerra.

Con el que estaba al centro, sin embargo, había problemas. Ligeramente más grande que sus amigos, llevaba el pelo castaño bien corto interrumpido por una clásica y hermosa cara – pero sus ojos azules estaban sin vida, casi con la misma reflexión pensativa que el asfalto viejo.

Un hombre muerto caminando. Con nada que perder.

- Oye – R.I.P llamó a su encuentro – ¿Necesitan una tinta?


- Sí – el de los pircings asintió a su compañero de ojos azules. – y él tiene el diseño. Es un pedazo del hombro –

R.I.P dio a sus instintos la oportunidad de opinar sobre el proyecto. Los hombres no miraron a Mar de manera inapropiada. No había casi nada en la caja registradora y nada pasaba por su detector de metal. Ellos esperaron correctamente. – Pero a simple vista, era mejor hacer lo que ellos querían o podría encontrarse con algo más.

Se recostó en su sillón creyendo que eran sus ojeadas. – Cool. Terminare en un abrir y cerrar de ojos –

Mar habló desde el mostrador – Se supone que cerramos en menos de una hora –

- Pero lo haré – dijo R.I.P al del centro – ustedes no se preocupen por el tiempo –
- Y creó que yo me quedare – dijo Mar mirando al de los Pircings

Las manos del chico de ojos azules se movieron haciendo gestos y cuando terminó, el perforado tradujo – Dice que gracias, y que trajo su propia tinta, si es que eso está bien –

No es exactamente la norma, y va en contra del código de salud, pero RIP no tenia problemas a la hora de ser flexible con el cliente adecuado
– Ningún problema, hombre –

Volvió a trabajar con la carpa y Keri. Se reanudó lo de morderse el labio y los gemidos de rutina. Cuando terminó no se sorprendió en absoluto de que Sarah después de ver pasar a su amiga por la “agonía” prefiriera el dinero en lugar de un bonito tatuaje de arcoíris por su cuenta.

Lo cual era una buena noticia. Podría ponerse a trabajar en el tipo de los ojos muertos de inmediato.
Mientras se quitaba los guantes negros y limpiaba los instrumentos, se preguntó a que infiernos se parecería el diseño. Y cuanto tiempo tardaría Mar en meterse dentro de los pantalones del tipo perforado.

Eso probablemente iba a ser bastante pronto


Y después… tardarían aproximadamente como diez minutos, porque ella estaba mirándolo fijamente y Mar era una trabajadora rápida – y no sólo detrás del mostrador.


............

A las afueras de la ciudad, lejos de Bares y tiendas, en una calle de piedra arenisca y adoquinada, Xhex se apoyo sobre el cristal.

Estaba desnuda, fría y amoratada.

Pero no era débil.

Abajo, una mujer humana paseaba a su alegre perrito atado a una correa y se llevaba el móvil a la oreja. Al otro lado del camino, personas de la clase alta enfundadas en trajes elegantes avanzaban bebiendo, comiendo y riendo. Los coches pasaban lentamente más por el miedo que les producía su sistema de suspensión en las irregulares calles que por respeto a sus vecinos.

El homo- sapiens no podía verla ni oírla y no sólo porque las capacidades de la otra raza fueran peores que la de los vampiros.

O en su caso: los vampiros medio- Symphath.

Aun cuando encendió la luz de su cuarto y gritó hasta que la laringe se le hizo polvo, incluso si agitaba los brazos hasta que ya no pudiera moverlos, los hombres y mujeres que pasaban simplemente seguían con lo que estaban haciendo, sin darse cuenta de que estaba atrapada en esa habitación de paredes gruesas justo en medio de todos ellos. Y no era como si pudiera recoger la mesilla de noche y romper el vidrio.

Lo mismo pasaba si se ponía a dar patadas o trataba de escabullirse por el conducto de ventilación del baño.

Ya había intentado todo eso.

El asesino que habitaba en ella estaba realmente impresionado por el carácter universalmente invencible de su prisión: No hay, literalmente, forma de pasar por o a través de ella.

Al volver la vista desde su ventana, comenzó a pasearse alrededor de su cama King-size con sus sabanas de seda y recuerdos horribles… y se fue al cuarto de baño de mármol… y siguió caminando por el pasillo que daba a la puerta. Teniendo en cuenta la manera de hacer las cosas su captor, no era como si necesitara mas ejercicio, pero no podía quedarse quieta, su cuerpo se negaba.

Ella había hecho todo esto en contra de su voluntad. Sabía cómo una mente, cómo un cuerpo muerto podía empezar a canibalizarse después de mucho tiempo si no encontraba algo con lo que alimentarse.

¿Su distracción favorita? Las bebidas preparadas. Después de trabajar en clubes durante años, se sabía millones de cocteles y brebajes. Y recordó cada uno de ellos imaginando las botellas, las copas, el derramamiento del líquido, el hielo y las especias.

Esa rutina de Pedir- al – camarero la había mantenido cuerda.
Hasta ahora había esperado por un error, un descuido, una oportunidad para escapar. Ninguno había llegado y la esperanza comenzaba a desvanecerse, dejando al descubierto un gran agujero negro que estaba listo para comérsela. Así que siguió preparando bebidas en la cabeza y buscando una escapatoria.
Pero la experiencia ayudaba de una manera extraña. Lo que sucedía aquí, por malo que fuese, por mucho que le doliera físicamente, no era nada en comparación con lo que había sufrido antes. Estas eran las ligas menores.

O… al menos podía decir, que se había sentido peor.

Continuó con su recorrido al frente de los dos ventanales, por la mesa y luego alrededor de la cama otra vez.

Esta vez entró al cuarto de baño. No había maquinas de afeitar, cepillos o peines, sólo toallas que estaban ligeramente húmedas y un jabón o dos.

Cuando Lash la había secuestrado, utilizó el mismo tipo de magia que usaba en el mantenimiento de estas habitaciones, la había traído a esta elegante cuna y desde su primera noche y día juntos había quedado claro como iba a ser.

Se miró en el espejo doble e hizo un desapasionado examen de su cuerpo… estaba cubierto de contusiones, cortes y raspaduras. Él fue brutal en lo que hizo y ella se defendió porque estaba mal dejarse morir – Por lo que el hijo de puta también tenía sus marcas.

Había tenido el culo desnudo en frente de un cristal y se apostaría su ultimo aliento a que el no había visto ninguno como el de ella.

Así que… ojo por ojo.

La consecuencia lamentable era que ella le gustaba mas, eran como fuego contra fuego.

Cuando más verdadero era el combate, mas lo excitaba, y también fue sorprendida por sus emociones. Durante los primeros días él estuvo castigándola, tratando de hacerle pagar por lo que le había hecho a su última novia – evidentemente las balas que había puesto en el pecho de la perra le habían marcado su mierda. Pero entonces las cosas habían cambiado, empezó a hablar menos de su ex y más sobre las partes del cuerpo y las fantasías que implicaba, incluído lo de ponerse en sus huevos. Charla con la almohada para el sociópata.

Los ojos de él habían brillado por otra razón cuando llegó a ella, la golpeó hasta dejarla noqueada y recuperó la conciencia cuando abrazó su cuerpo.
Xhex se apartó de su reflejo, y se quedó congelada antes de dar otro paso.

Alguien estaba abajo.

Salió del baño y se fue por el pasillo que daba a la puerta e hizo una inhalación lenta y profunda. El olor a sudor y muerte viajó hasta sus senos. Estaba claro que el que rondaba abajo era un Lesser – Pero no era Lash.

No. Este era su subordinado. El que venia todas las noches antes de que su captor viniera a buscar algo de comer. Lo que significaba que Lash estaba en camino a la casa de piedra rojiza.

Hombre, no fue sólo suerte: Ella era la reclusa del único miembro de la sociedad Lessering que comía y follaba. El resto eran impotentes, como un grupo de viejos de 90 años y que se alimentaban de una dieta de aire, pero Lash era plenamente funcional.

Volvió a la ventana y puso la mano sobre el cristal.

El límite que marcaba su prisión se sentía como una punzada de calor al tocarlo. La maldita cosa era como una invisi-cerca para cosas mas grandes que perros – Con el beneficio añadido de que no se necesitaba collar.

La cosa cedió un poco… cuando ella empujo hacia delante, un indicio de flexibilidad, pero sólo hasta cierto punto. A continuación, las moléculas agitadas se unieron y la sensación de ardor fue tan aguda que tuvo que agitar la mano para deshacerse del dolor.

Mientras esperaba a que volviera Lash, su mente fue ala deriva recordando a hombres en los que trataba de no pensar. Sobre todo si Lash estaba alrededor.

No tenía claro cuan dentro podía llegar el captor en su cabeza, pero no iba a correr riesgos, si el bastardo conseguía descubrir que el soldado mudo la hacia estar bien-del-alma, como los de su raza, lo ocuparía en su contra y… en la de John Matthew.

La imagen del macho vino a su mente, el recuerdo de sus ojos azules resonaron con tanta claridad que podía ver las manchas marinas en ellos.

Dios, eran unos hermosos ojos azules.

Ella podía recordar cuando lo conoció, cuando todavía era un pretrans. Él la había mirado con tanto temor y maravilla, como si ella fuera más grande que la vida, como si fuera una revelación. Por supuesto, en ese tiempo todo lo que ella sabía era que el chico andaba caliente en el ZeroSum y como la jefa de seguridad del Club, su única preocupación era desarmarlo y ponerlo de patitas en la calle. Pero entonces descubrió que el rey ciego era su whard y eso lo había cambiado todo.

Después de la feliz noticia de última hora sobre quien era, a John no sólo se le permitía ir armado, sino que también era un invitado especial, junto con sus dos amigos. Después de eso él comenzó a entrar en el bar regularmente y siempre la miraba a ella, aquellos ojos azules siempre estaban sobre ella sin importar dónde se encontrara. Y entonces vino la transición. Santo infierno, él se convirtió en un macho grande y abruptamente a su mirada se le agregó algo caliente además de su timidez gentil.

Había tardado mucho en matar aquel sentimiento. Pero fiel a su naturaleza de asesina, logró estrangular ese calor – que le producía la forma en que la miraba.

Enfocando la calle de abajo, pensó en aquellos momentos juntos en la casa del sótano. Después del sexo, cuando él había tratado de besarla, cuando sus ojos azules brillaron con las marcas de la vulnerabilidad y la compasión que ya asociaba con él, ella se había apartado y lo había dejado.

Definitivamente era un caso perdido. Simplemente rechazaba cualquier cosa relacionada con flores, corazones...o la responsabilidad de estar con alguien que se sentía así con ella… o la realidad de que podía amar de nuevo.

El pago por la inversión había sido la muerte de esa mirada especial.

El consuelo que tomó venia de los otros machos- Rehvenged, iAm y Trez… la hermandad – John no estaba en la lista. Si él iba en busca de ella era porque la veía como un soldado, no porque la tuviera como motivo para una misión suicida.

No, John Matthew no estaría en guerra por culpa de sus sentimientos.

Y ya habiendo visto a un macho de valía destruyéndose por ella, por lo menos, no tendría que verlo otra vez.

El olor a carne fresca penetró en la habitación cortando sus pensamientos y la envolvió como una armadura.

Su “amante” llegaría en cualquier momento por lo que necesitaba cerrar las escotillas de su mente y prepararse para la batalla de esta noche. Un agotamiento general se apoderó de ella. Pero su voluntad empuóo todo eso como peso muerto hacia su culo.
Necesitaba alimentarse, necesitaba dormir adecuadamente, pero ninguna de las dos cosas iba a ocurrir en un futuro próximo.
Seguiría poniendo un pie delante de otro hasta que algo se rompiese.
Y sacaría al macho que la retenía contra su voluntad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario