domingo, 23 de mayo de 2010

Lover Mine (Capítulo VI)

Capitulo 6

- Me encanta la forma en que me miras.
Desde la esquina opuesta dela habitación, Xhex no respondió a las palabras de Lash. Por la forma en que estaba colapsado enfrente del mueble, con uno de sus hombros mas alto que el otro, ella pensó que lo mas probable era que le había dislocado el brazo, y no era su única herida. Sangre negra salía del corte que le había hecho en el mentón y además iba a tener que cojear luego que ella lo golpeara en la pierna.
Sus ojos recorrían su cuerpo pero ella no se molestó en cubrirse con las manos. si el estaba de animo para un segundo round, necesitaba cada gramo de energía que le quedaba. Y además, la modestia solo importaba si dabas una mierda por tu cuerpo y ella hace tiempo que había perdido esa conexión.
- ¿crees en el amor a primera vista? Le preguntó. Con un gruñido se levanto del piso y tuvo que usar el mueble como apoyo mientras experimentaba con su brazo.
-¿crees? Le insistió.
- no
- cínica. Cojeo hasta la puerta que llevaba al baño. Parándose bajo las vigas apoyo una mano en la pared, miró hacia la izquierda, respiro hondo.
Con un golpe volvió su hombro a su lugar, el ruido y la maldición sonaron fuerte. Mientras se recuperaba, su respiración era dificultosa, los cortes en su cara dejaron manchas de sangre de lesser en la pared blanca. Volviéndose hacia ella, le sonrió.
-¿ te bañas conmigo? Como ella permaneció en silencio, sacudió su cabeza. -¿no? Que pena.
Se metió en la habitación de mármol y después de un momento el agua comenzó a correr.
Fue solamente después que ella lo escucho bañándose y olio la fragancia del jabón que ella revisó cuidadosamente sus brazos y piernas.
Sin debilidad. Ella no le demostraba debilidad. Y no era solo por querer parecer fuerte así él lo pensaría dos veces antes de meterse con ella de nuevo. Su naturaleza se rehusaba a ceder ante el y el resto del mundo. Ella moriría peleando.
Era de lo que estaba hecha. Era invencible, y no era su ego hablando. Era la suma de sus experiencias, no importaba lo que le hicieran, ella podía manejarlo.
Pero Dios santo, odiaba pelar con el, odiaba esta jodida situación.
Cuando Lash salió del baño un poco mas tarde, estaba limpio y sanando, sus contusiones y rasguños desapareciendo, sus huesos sanando mágicamente.
Así era su suerte, estaba con el maldito conejo Duracell.
-voy a ver a mi padre. Mientras se acercaba, ella le mostró los colmillos y por un momento pareció halagado. – amo tu sonrisa.
- no es una sonrisa, idiota.
- como sea que lo llames, me gusta. Y un día te presentare a mi querido viejo. Tengo planes para nosotros.
Lash se inclinó, sin duda con la intención de besarla, pero cuando ella siseo amenazadoramente, se detuvo y reconsideró la idea.
- regresare, mi amor. Le susurro.
Sabia que ella odiaba la mierda de “amor”, así que se fue cuidadosa y no mostró su reacción. Tampoco lo molesto cuando se iba.
Mientras mas se rehusará a participar en su juego, el se confundía mas y ella tenia su mente mas clara.
Escuchándolo moverse por la habitación de al lado, se lo imagino vistiéndose, el mantenía su ropa en la otra habitación, las llevo allá después de que tuvo claro como iban a ser las cosas entre ellos: Él odiaba el desorden y era fastidioso con su ropa. Cuando las cosas se calmaron y lo escucho bajando por la escalera, respiro hondo y se levanto del piso. El baño todavía estaba vaporoso y tropical por la ducha que él tomó, y aunque odiaba usar el mismo jabón que él, odiaba mucho mas lo que había en su piel.
En el momento en que se puso debajo del agua caliente, el mármol a sus pies se volvió rojo y negro, por la mezcla de los dos tipos de sangre que lavaba de su cuerpo y desaparecía por el drenaje. Fue rápida al lavarse y enjuagarse, por que Lash se había ido hace solo unos momentos, y uno nunca sabia con él. A veces volvía enseguida. Otras veces no aparecía en todo el día.
La fragancia de la mierda francesa que Lash insistía en tener en su baño le dio nauseas, aunque suponía que a muchas mujeres les debía de gustar la mezcla de lavanda y jazmín. Tío, ella deseaba tener un poco del antiguo y buen jabón Dial que Rhev solía usar. Aunque sin duda sus cortes arderían como una perra con ese jabón, ella estaba cómoda con la agonía, y la idea de restregar su piel hasta tenerla en carne viva era tentadora.
Cada movimiento que hacia estaba marcado por un dolor cuando limpiaba sus brazos o cuando se inclinaba para limpiar sus piernas, y sin razón alguna pensó en los cilicios que siempre había usado para controlar su naturaleza symphath. Con todas las peleas que habían ocurrido en esa habitación, tenia dolor suficiente en su cuerpo para frenar su inclinación maligna, no es que importara mucho en realidad. Ella no estaba rodeada de gente “normal” y su lado oscuro la ayudaba a controlar esta situación.
Pero, después de dos décadas de usarlos, era extraño no tenerlos con ella. Dejo el par de cadenas con puntas en la mansión de la hermandad en la mesa de la habitación donde se quedo el día antes de ir a la colonia. Ella había tenido toda la intención de volver al final de la noche, bañarse y ponérselos nuevamente... pero ahora sin duda estaban acumulando polvo mientras esperaban sui regreso.
Estaba perdiendo la esperanza de que hubiese un feliz reencuentro con los malditos.
Es gracioso como tu vida puede ser interrumpida: dejas tu casa esperando volver, pero entonces el camino en el que estas te lleva a la izquierda en lugar de llevarte nuevamente a la derecha.
¿Cuánto tiempo los hermanos guardarían sus cosas? ¿Cuánto tiempo pasaría para que sus cosas tanto las que estaban en la mansión de la hermandad, en su y cabaña o en su habitación del sótano fueran relegadas a nada mas que estorbo? Dos semanas probablemente se acercaba al tiempo limite. Aunque nadie, excepto John, sabia de su lugar subterráneo, esas cosas talvez durarían un poco mas. Después de un par de semanas sin dudas sus cosas serian puestas en un armario, luego dentro de una pequeña caja en el ático.
O talvez simplemente seria tirada a la basura. Eso es lo que pasa cuando la gente muere.
A menos que la mierda fuera adoptada por alguien mas, y no es que hubiese una gran demanda de cilicios.
Cortando el agua, se salió de la ducha se secó y volvió a la habitación. Justo cuando se sentaba al lado de la ventana, la puerta se abrió y el pequeño lesser que se encargaba dela cocina entro con una bandeja llena de comida
Siempre parecía confundido cuando ponía, lo que había preparado, sobre la mesita y siempre miraba a su alrededor, como si después de todo este tiempo todavía no tuviera idea de por que demonios tenia que dejar comida en una habitación vacía. También inspeccionó las murallas, trazando las marcas y líneas frescas de sangre negra, dado lo limpio que se parecía, sin duda que quería redecorar la habitación el mismo: cuando ella llegó, el papel de seda estaba en perfectas condiciones. Ahora parecía que la cosa había pasado por un muy mal momento.
Mientras el se dirigía a la cama y ordenaba el cobertor y las almohadas, dejó la puerta abierta y ella pudo mirar el corredor y las escaleras.
No tenia sentido correr hacia ellas. Y golpearlo tampoco había funcionado. Tampoco iba a funcionar su lado symphath, porque había sido bloqueada mental como físicamente. Todo lo que podía hacer era mirarlo y desear que pudiera atacarlo de alguna forma.
Dios, la frustrada necesidad de matar debía ser la misma para los leones de los zoológicos cuando sus guardianes entraban a sus jaulas con escobas y comida: el otro tipo podía entrar y salir y cambiar tu ambiente, pero tu estabas estancado.
Como que hacia que te dieran ganas de morder algo.
Después que el se fue, ella se acerco a la comida, enojarse con la carne no la iba ayudar en nada, además necesitaba las calorías para pelear, así que se comió todo lo que había. Para su lengua, toda la mierda sabia a cartón y se pregunto si alguna vez volvería a comer algo por que ella quería y le gustaba como estaba sazonado.
Todo el asunto dela comida es combustible era lógico, pero mas que seguro que no te daba nada para mirara a futuro mientras comías.
Cuando terminó volvió a la ventana y se sentó en la silla, levantó sus rodillas y las apoyo contra su pecho. Mirando hacia la calle, no estaba descansando, solamente no se movía.
Incluso después de todas estas semanas, ella estaba buscando una salida.. y lo iba a hacer hasta que diera su ultimo respiro.
Además, así como su impulso de pelear con Lash, la necesidad no era solo una función de su circunstancia, sino quien era ella como mujer, y la comprensión de eso la hizo pensar en John .
Había estado tan determinada a alejarse de el. Pensó en la ocasión cuando estuvieron juntos, no la ultima vez, cuando el se vengo por todo el rechazo, sino cuando estuvieron en su habitación en el sótano. Después del sexo, el intentó besarla... claramente el quería algo mas que una cogida rápida y dura. ¿su respuesta? Ella se alejó y se fue al baño, donde se lavo como si el la hubiese ensuciado, después había cerrado la puerta.
Así que no lo culpaba por la forma en que su ultimo adiós había salido.
Miro alrededor de su prisión verde oscura. Probablemente iba a morir aquí. Probablemente seria luego ya que no había bebido sangre en un tiempo y estaba bajo una gran presión física y emocional. La realidad de su propia muerte la hizo pensar en todas las caras que había mirado mientras la vida abandonaba sus cuerpos y sus almas se liberaban. Como una asesina, la muerte había sido su trabajo. Como symphath había sido una especie de llamada.
El proceso siempre la había fascinado, cada persona que había matado habían luchado contra la marea, aun cuando sabían, mientras ella se paraba por encima de ellos con cualquier arma que mantenía firme en su mano, que si lograban salir del espiral ella iba a atacar nuevamente. Aunque no parecía haber importado. El horror y el dolor habían actuado como una fuente de energía, alimento para sus peleas y ella sabia lo que se sentía. Como luchabas para respirar aunque el aire no llegaba a tu garganta. Como el sudor frió se formaba en tu piel caliente. Como tus músculos se debilitaban, pero tu les seguías diciendo muévanse, muévanse, muévanse, maldición.
Sus anteriores secuestradores la habían llevado al borde de la muerte en un par de ocasiones.
Aunque los vampiros creían en la Virgen Escriba, los symphath no tiene el concepto de vida después de la muerte. Para ellos la muerte era una rampa de salida no hacia otro camino sino hacia una muralla de ladrillos en la que chocabas, después de lo cual no había nada.
Personalmente, ella no creía en la mierda de divinidades, no importaba si era su origen o intelecto, el resultado era el mismo, con la muerte se apagaban las luces, fin de la historia.
Joder, la había visto de cerca tantas veces... después de la gran lucha venia... nada. Sus victimas solo habían dejado de moverse, congelados en la posición en la que estaban cuando su corazón dejó de latir. Y tal vez algunas personas morían con una sonrisa en la cara, pero en su experiencia eso era una mueca no una sonrisa real.
Piensa que si estuviesen recibiendo una gran cantidad de la brillante luz blanca y la mierda del reino del paraíso, estarían sonriendo como si se hubiesen ganado la lotería. Excepto, talvez la razón por la que se veían de esa forma, no era tanto por el hecho de adonde iban y mas bien era por donde habían estado.
Los arrepentimientos... pensabas en las cosas de las que te arrepentías.
Aparte del hecho de que deseaba haber nacido bajo diferentes circunstancias, entre todos sus errores, había dos que superaban los demás.
Deseaba haberle dicho a Murhder, todos esos años atrás, que ella era mitad symphath. De esa forma, cuando ella había sido llevada a la colonia, el no hubiese ido a rescatarla. El hubiese sabido que era inevitable que la otra mitad de su familia no la hubiese reclamado. Y el no hubiese terminado donde lo hizo.
También deseaba poder retroceder el tiempo y decirle a John Matthew que lo sentía. Igual lo hubiese alejado de ella, por que esa era la única forma en la cual el no cometería los errores de su otro amante. Pero le hubiese permitido saber que no era por el, sino por ella.
Al menos el iba a estar bien en todo esto. Tenia a la hermandad y al rey de la raza para que lo cuidaran, y cortesía de su rechazo, el no iba a hacer nada estúpido.
Estaba sola en esto y todo iba a salir como tenia que ser.
Habiendo vivido de forma violenta no era sorpresa alguna que iba a encontrar un final violento.... pero siendo fiel a su estilo, estaba segura que se iba a llevar una o dos libras de carne de su enemigo en su camino hacia el final.

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